¡Es un indolente!

Aquí tenemos que puntualizar un gran defecto del presidente Martín Vizcarra: INDOLENTE. No solo carece de liderazgo. No solo ha actuado con doblez tratándose de aprovechar de la pandemia para creerse exitoso.

No solo nos ha mentido reiteradamente. No solo le ha faltado capacidad para controlar el uso de los dineros del Estado, y se mantuvo impávido ante la corrupción (condenándola solo de boca para afuera).

Con maldad

Ha actuado con maldad. Los errores son propios de quienes hacen algo. Y ellos son comprensibles cuando son involuntarios. Este no es el caso. La prensa independiente y los analistas no prostituidos le advirtieron desde el principio que había tomado el camino equivocado. Los medios internacionales, a los que no podrá comprar jamás como hizo con la mayoría en el Perú, también le habían dicho lo mismo. Pero él no les hizo caso.

Celia Capira

En algún momento la maldad se manifiesta. Deja de estar oculta, maniatada o amordazada. Arequipa fue el escenario y el llanto desconsolado de la Sra. Celia Capira el detonante. Fueron desgarradoras las imágenes de su esfuerzo por acercarse al Presidente, para que hiciera algo por su esposo moribundo, abandonado en una carpa a las afueras del Hospital. Corrió desesperadamente mientras los esbirros del Presidente pretendían acallarla y los canales prostituidos enfocaban a otro lugar.

No vamos a narrar los hechos porque muy a pesar de Canal N y RPP, estos fueron difundidos en otros canales, incluso en Agencias de Noticias del exterior. Qué rabia, impotencia y dolor nos embarga. Y ante esto, el Presidente pidió “DISCULPAS”. ¿Solo disculpas? Solo eso. Bueno, de un indolente no se podía obtener más. Ya las pagará, cada lágrima, cada último suspiro de los muertos, serán cuentas por saldar.

¿Y el cuñadísimo?

Ojalá que Arequipa no lo reciba nunca más. No merece ser ofendida con su presencia. A ver, que vaya el pituco Cateriano. No va a ir. Ese no es su rollo. Para eso no lo pusieron. Está allí para domesticar al Congreso y evitar el levantamiento de la inmunidad presidencial, y boicotear las investigaciones sobre la “fábrica de empleos”. Está para defender al cuñadísimo y la súper secretaria. Dicen que cada lágrima se paga aquí en la Tierra. Así será.

Martín Vizcarra las tendrá que pagar inexorablemente. Esa es mi opinión.

Dr. Marco Antonio Arrunátegui Cevallos