Explique bien su situación, premier Torres

El primer ministro Aníbal Torres no renunció sino puso su cargo “a disposición” del presidente, trámite que en el lenguaje oculto de la política con mayúscula significa renunciar al cargo. No fue el caso del Doctor Torres. Según sus propias palabras, su retorno al gabinete fue porque “me lo solicitaron las bases de todas las regiones (…) Porque yo estoy con el pueblo.” Es decir, no es que haya sido el presidente quien le llamó para manifestarle que no aceptaba su renuncia, como corresponde a los usos democráticos, y pedirle que se reincorpore al gabinete ministerial. Por otro lado, el premier Torres ha hecho un balance de la gestión del desgobierno de Pedro Castillo, luego de cumplido el primer año en la presidencia.

El resultado fue este escueto, contundente y lamentablemente falso comentario: “Estamos haciendo muchas obras que nunca se hicieron en favor del pueblo. En un año de gobierno, hemos hecho mucho más que otros en cinco años”. Ahí tampoco quedaría Aníbal Torres, añadiendo “Jamás hemos dado la mínima señal de cerrar el Congreso. Tengo esa concepción democrática que el presidente ha sido elegido por cinco años y el Congreso ha sido elegido por cinco años. El golpismo viene de otra parte, Viene mediante la vacancia presidencial, suspender el ejercicio de la presidencia, la acusación constitucional”.

En estas condiciones, ¿cómo darle crédito. premier Torres? ¿Cómo es posible que alguien con su currículo profesional, experiencia en el campo de la docencia y amplia práctica abogadil, dispare tantos dislates? Es evidente que, con semejantes declaraciones, el premier Torres Vásquez ha dejado de tener credibilidad ante el país.

Suficientemente mala ha sido tanto su finta de poner a disposición el cargo de primer ministro, como alardear que el régimen Castillo ha hecho “mucho más obras en un año que otros gobiernos en cinco años”. Esto, doctor Torres, raya en la hipocresía; en lo ridículo. Porque no olvide que, con su presencia, su silencio y su permanencia, después de poner su cargo a disposición, usted necesariamente sigue respaldando toda esa verborrea golpista de su presidente y la de, al menos, los ministros que han formado parte de los gabinetes que usted sucesivamente ha venido presidiendo “porque yo estoy con el pueblo”, como tanto gusta reiterar.

Como cereza sobre la crema, está la frase cliché de toda autoridad que -de la boca para afuera- “respeta al poder Legislativo”: “Estoy esperando, por supuesto, que nuestro Congreso me invite. Ellos me han dicho que van a invitarme para dar explicaciones de todo esto. Estoy dispuesto a hacerlo en cualquier momento”. Esas palabras, premier Torres, revestían cierto tufillo golpista escondido tras alguna forzada cuestión de confianza, después de dos sucesivas denegatorias a consecuencia de su presentación en el recinto congresal. Pero este país no soportaría nuevos experimentos de corte cubano, venezolano o lo que fuere, tal como busca ejecutarlo Perú Libre, el partido oficialista, señor Torres. Nuestra nación, su país, desprecia cualquier forma de gobierno autocrático. Su condición de demócrata, como asevera, le conmina a evitar cualquier intento por hacerlo.

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