¡Feliz cumpleaños, Pintadita!
Recuerdo unas vacaciones soñadas cuando mamá me regaló una inolvidable estadía en un paraíso envidiable llamado Sayaccmachay, un vergel en las afueras de Lucanas al cual mis tíos Cirilo y Aurelia le dedicaban todo su esfuerzo, allí encontré un hermoso libro titulado Pintadita la vikuña , de Alfonsina Barrionuevo. Fui envuelto en la ilusión y sufrimiento de Pituka: la niña solidaria quien asumió el cuidado de Pintadita. Desde entonces, me hice leal amiga de la pueblerina niña Pituka y también me enrolé como defensor de nuestra noble compañera. Mamá se emocionó al ver transformado mi rostro de felicidad mientras leía para mí de corrido todo el libro. En esta tierna y triste historia Pituka asume la custodia de la huérfana vicuñita que escapa de cazadores furtivos; con ella descubre un mundo de felicidad pero también de acechos y problemas; con ella entiende que la vida es pasajera y que el amor se engrandece en las dificultades; con ella llega a entender que “Los cazadores de vicuñas nunca serán felices. ¡Nunca disfrutarán del dinero que le dan por sus pieles, porque están manchado de sangre!”. Siempre vuelvo a su lectura y me siento igual de encantado como en mis años de infancia y será igual de fascinante así pase el tiempo. Que los Apus Mamanis y el Tayta Dios sigan protegiendo la casita de mi tío Cirilo Martínez y ojalá más niños sigan visitando este y otros Sayaccmachay del Perú para que, cómo antes mi madre, otras mamás lean para sus niños la bella historia de Pituka o de otros libros. El 15 de noviembre celebramos el Día Nacional de la Vicuña, por eso celebro el cumpleaños de Pintadita y también invito a una necesaria reflexión sobre nuestro accionar. Este es un natalicio especial, donde la torta debe alimentar nuestras conciencias para proteger de verdad a nuestra codiciada vicuña; ahora los cazadores se han multiplicado, muchos de ellos visten saco y corbata cuyas balas andan impunes debajo del pupitre de algunos cazadores disfrazados de policía, juez o fiscal. Querida Pituka, muchos aprendimos de ti a proteger nuestra vicuña y a valorar la vida. Felizmente en ti veo a las niñas del pueblo y para ti todos los respetos por ser la noble y consecuente defensora y protectora.