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«Fernando»

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Fecha Publicación: 12/08/2023 - 21:10
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“La paz es lo que más deseo, porque en la paz los hijos entienden los consejos de los padres”, Fernando III, San Fernando, siglo XIII.

No hay paz en Ecuador. Los hijos de Fernando ya no podrán escuchar los consejos de su padre. A Fernando le han matado dejando viuda y tres huérfanos.

En el trágico escenario de un asesinato que ha conmovido a toda la Hispanidad, perdemos a un intrépido defensor de la verdad, un político que luchó valerosamente contra las sombras del narcotráfico y la corrupción. En una época donde la integridad a menudo es desafiada por intereses oscuros, su dedicación incansable y su compromiso son un ejemplo a seguir.

En el año 2014 Fernando recibió asilo político en el Perú. Su lucha valiente y descarnada contra la corrupción de Rafael Correa no concluyó con los tres años de exilio.

Fernando demostró un coraje inconmensurable al desafiar a los poderosos y sus peligrosos círculos corruptos. Su compromiso con la verdad, la justicia y la seguridad de su nación fue su brújula moral, guiándolo en medio de tormentas políticas y amenazas constantes. Como Churchill señaló: “El valor es lo primero, el resto viene después”.

Fernando sabía bien que iban a por él, lo dijo más de una vez, pero no cambió su discurso, no mitigó su denuncia, ni moduló su tono. Sabía lo que puede significar la vuelta del correísmo al Ecuador. Sabía quienes se benefician del narcotráfico. También conocía la hipocresía y las caras de una clase empresarial dispuesta a venderse al mejor postor. Él enfrentó la violencia y la hostilidad de unos y otros con una determinación inquebrantable y por ello vienen a mi otras palabras de Churchill muy oportunas en este contexto: “Nunca, nunca, nunca te rindas”.

Fernando no se rindió, por eso lo han matado. Craso error han cometido sus asesinos. Ahora su legado inunda los titulares de todo el mundo. Ahora millones de ecuatorianos señalan en una dirección. No quieren más corrupción, no quieren más inseguridad, no quieren más ineptos en la política ni sus estómagos agradecidos, no quieren el mal que trae el narcotráfico y, por supuesto, no quieren al principal enemigo de Fernando, el prófugo Rafael Correa.

El impacto de la pérdida de Fernando se siente profundamente. En medio de esta tragedia, Ecuador debe encontrar la fortaleza para continuar la lucha por la verdad y la justicia, tal como este valiente político lo hizo. Continuar sus pasos y preservar su legado solo será posible si el correísmo fracasa en su asalto al poder.

Ecuador necesita más gente buena que quiera y se comprometa en construir un futuro mejor. Sabiendo que ese mañana sólo es posible manteniéndose firmes hoy. En un mundo turbulento, las acciones de Fernando y sus palabras nos instan a enfrentar los desafíos con la frente en alto y el espíritu inquebrantable.

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