Firmes en defensa del estado de derecho
A una semana del fallido golpe de Estado de Castillo… que vio todo el mundo, la izquierda -en todas sus vertientes- no le da la gana de reconocer tal hecho. O están en las calles creando el caos y la anarquía o en el Congreso y en las redes sociales, tratando vanamente de explicar o justificar -sino apoyar- la extrema violencia que viene incendiando y destrozando todo a su paso. Algunos sectores de la caviarada culpan a Keiko (sic) y a una inexistente ultraderecha de lo que ocurre; otros apelan a una serie de estrambóticas dizque explicaciones propias de los descerebrados que siempre han sido, pretendiendo exculpar de todo al delincuente y su mafia que ocupó el poder hasta el último miércoles.
Lo cierto y real es que el Poder Judicial debe ratificar la prisión preventiva solicitada por la Fiscalía del cínico, incapaz y golpista de Castillo y la de su socio Torres. Son ellos y sus demás aliados los únicos culpables de todo lo que el Perú viene sufriendo. Y sus cómplices políticos, la suerte de infelices que nos dijeron que iban a ejercer un “voto vigilante” y que con “unas marchitas” iban a sacar a Castillo, esos que estaban “confundidos” y que con su odio visceral a Keiko permitieron que un analfabeto funcional destrozara el país en un año y medio, cuando se advirtió hasta el cansancio que esta gente no solo NO estaba preparada para gobernar ni un quiosco, sino que además tenía probados vínculos con sectores ultra radicales comunistas y violentistas.
Esta gente debe asumir su responsabilidad y el gobierno de la señora Dina Boluarte restablecer a la brevedad posible la ley y el orden en el plano interno, herramientas legales y constitucionales tiene. Y en plano externo debe rechazar de manera firme y decidida la insólita e inaceptable intromisión de los gobiernos de México (especialmente, no reconociendo a la legítima presidenta), Argentina, Colombia, Bolivia y uno que otro país centroamericano más por ahí apoyando al golpista expresidente Castillo. Con esta acción ratifican la peligrosa unión de países izquierdistas de la región aupados para imponer sus ideas, esta vez no importándoles que se haga al margen de la ley.
Estamos siendo testigos de excepción del infame Foro de Sao Paulo, que en toda su cruda realidad ahora sí atenta -y de manera directa, sin ambages- contra nuestro Estado de derecho, uno que debe ser defendido por un gobierno legítimo y por todos los peruanos que creemos en la libertad. Una democracia jamás puede ni debe ser boba, pues tiene las armas legales y constitucionales para defenderse. Luego, ya restablecida la paz y sin violencia, coacciones o amenazas, se dialogará con quien tenga que dialogarse.
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