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“Gabinete en la sombra”
Recordemos. Desde inicios del milenio hemos tenido un póquer de presidentes cada uno más corrupto que su predecesor. Toledo, García, Humala, Kuczynski, Vizcarra, Sagasti y Castillo. Por fortuna la presidente Dina Boluarte parece ser un alto en ese aciago camino. ¡Esperamos fervientemente que así sea y no nos decepcione! Recientemente se reunió en Palacio con la Comisión de Alto Nivel Contra la Corrupción. “El país no saldrá de la crisis ni recuperará la confianza del ciudadano si no se acaba con la plaga de la corrupción”, precisó Boluarte. Y agregó: “En estos 21 días de nuestro gobierno hemos dado trazos y señales en esa dirección. Por eso mi gobierno recibe la agenda anticorrupción con sentido de urgencia, alta responsabilidad y compromiso firme ante todos los peruanos para corregir errores del pasado y construir un país confiable, honesto y justo. Nuestro país ha sido testigo. No más gabinetes en la sombra. Tenemos un solo gabinete de ministros comprometidos con el país. Un gabinete ejecutivo, dialogante que viajará permanentemente a resolver los problemas (…) No es tiempo de ser indiferentes ni de diluir responsabilidades. Es tiempo de hacernos cargo del problema, de colaborar mutuamente y de construir desde nuestros respectivos sectores un nuevo liderazgo.”
“No habrá más ´gabinetes en la sombra´.” Esta es la frase que revela el grado de corrupción al que el golpista Pedro Castillo llevase al Perú, en su delirio por convertirnos en otra Cuba. ¡Sí, amable lector! Nos gobernaba una organización criminal liderada por un profesor que plagió su tesis; que jamás aprendió a leer; que nunca estudió lenguaje; que se alió con sendero luminoso para presidir el fenate, fachada sindical del movadef y sucursal de sendero para infiltrarse en la vida política. Castillo se hipotecó al comunismo trasnacional dirigido por Cuba y Venezuela, para ayudarles a extender su imperio hacia toda Latinoamérica. Es y será siempre un miserable traidor al Perú. Un pobre diablo que encontró en la victimización –aprovechándose de su condición de ágrafo, incapaz, amoral- un espacio en la politiquería criolla peruana. Y hoy sigue usando ese complejo con el objeto de salvarse de purgar una condena carcelaria no menor a 3 décadas. Un “gabinete en la sombra”, amable lector, significa gobernar criminalmente al amparo de una intolerable trampa en democracia y en un Estado de Derecho. Quiere decir que, para el público y para efectos legales, Castillo designaba un gabinete ministerial -de fachada- que ni siquiera registraba sus acuerdos, como manda la ley. Primera y gravísima infracción constitucional. Y simultáneamente, nominaba a su verdadero gabinete ministerial conformado por la organización criminal en la que participaba su familia, sus secretarios palaciegos y algunos personajes que aparecían como asesores. Pero. en realidad, quien manejaba los ministerios y demás reparticiones estatales que gobiernan este país era el ”gabinete en la sombra”, a través del cual Castillo desgobernaba engañándonos día y noche. Ese fue el nivel de corrupción al que llegó este delincuente que se enquistó en la presidencia y pretendió incendiar el país para evitar ser vacado.