Gorriti detrás de indulto a terrorista
Los indultos no son poca cosa, implican forzar a la sociedad a que olvide que quien vaya a ser indultado, previamente cometió un delito por el cual un juez lo condenó en nombre de la sociedad. Sin embargo, a mérito de circunstancias y, de manera muy excepcional, a nombre de la nación, el indultado recibirá del jefe de Estado el perdón total o parcial de su condena, a través de una gracia extraordinaria que condonará toda o parte de la pena que recibió de la Justicia; o en todo caso, la conmuta por otra más benigna. Es decir, el jefe de Estado asume la obligación y el compromiso, frente al pueblo, de supervisar que las circunstancias que deriven en el indulto a un reo se cumplan es-cru-pu-lo-sa-men-te. Caso contrario, jurídicamente aquel indulto que incumpla en el más mínimo aspecto las normas bajo las cuales el mandatario le otorgara el perdón, los beneficios de esa gracia perderán valor, y el reo regresará al penal hasta cumplir el tiempo de carcelería que quedó pendiente, debido al fallido perdón presidencial que obtuvo.
Esto, amable lector, es lo que debió ocurrir ayer mismo, si el Perú fuese un país donde las leyes se cumplen sin dudas ni murmuraciones. Nos referimos al caso de aquella integrante de sendero luminoso Ivonne Moreau Cabrera, terrorista tercamente irredenta a la que el hoy reo Alejandro Toledo habría indultado, acaso por influencia de la eminencia gris del toledato, Gustavo Gorritti. El pasado domingo 14, el potente programa Contracorriente de Willax TV entrevistó a la citada Ivonne Moreau, quien declaró ser “íntima amiga, desde jóvenes” de Gorritti Ellenbogen. Es más, confesó que el 11 de diciembre de 2017, mientras ella purgaba condena por terrorismo, tuvo una conversación telefónica con Gorriti a quien le confesaría, entre otros temas que registró la Dircote –en su abultado atestado– “(…) lo otro que tengo son unos encargos especiales para este (….) de producción de los 100 años de la revolución rusa (…) sabes que viene Perseo; la cosa es gravísima (…)”. Después el 13 de septiembre de 2018 Moreau en otra conversación le dice a Gorriti: “Tengo un encargo para ti que tiene que ver con toda la defensa legal de la situación (…)”. Confidencias que revelarían complicidad, además de amistad.
Conociendo los antecedentes de ambos personajes –vistos los tejemanejes entre Gorriti y la terrorista indultada Moreau (“tengo un encargo para ti…)– es posible que Gustavo Gorriti influyera en Toledo para que indulte a su amiga de infancia, irredenta terrorista de sendero luminoso y adoradora de abimael. Este caso –en medio del resurgimiento del terrorismo, ahora trajeado de narcotráfico; además de manipulador de mafias de mineros informales, explotadores de madereros en la selva, y el meganegocio de la extorsión a los informales exigiéndoles dinero a cambio de “protección– no puede ni debe pasar por alto. El poder Judicial debería analizar el indulto a Moreau Cabrera y el Ministerio Público investigar la “participación” de Gorriti en este sospechosísimo –por tanto írrito– “indulto” a una amiga y confidente terrorista.
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