ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

Gustavo Petro y sus traumas

Imagen
Fecha Publicación: 03/03/2023 - 21:30
Escucha esta nota

A pocos días de cumplir 7 meses como presidente de Colombia, Gustavo Petro, el primer mandatario de la izquierda cafetera –prefiere llamarse progresista y ya sabemos que en el fondo es lo mismo–, sigue dando qué hablar en el vecindario y en la región por sus críticas extramuros, primero a la mandataria del Perú, Dina Boluarte, y ahora, al jefe de Estado de El Salvador, Nayib Bukele, que tienen en común haber decidido medidas coactivas y coercitivas dentro de un régimen de excepción conforme a ley, con el único objetivo de hacer prevalecer el control social para garantizar el orden social, de lo contrario, ambos países terminarán anarquizados y dominados por la barbarie, en el caso peruano, por el imperio de los vandalismos que a sus anchas han realizado destrozos y alterado la tranquilidad nacional, y en el salvadoreño, por la violencia extrema de las maras que aterrorizaron a la ciudadanía haciéndola huir en grandes oleadas hacia Norteamérica.

Petro comparó la marcha de nuestros beneméritos miembros de la Policía Nacional del Perú con la que, a paso de febril y desquiciada conquista durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), protagonizaron los soldados nazis bajo las órdenes de Adolfo Hitler, el mayor genocida de la historia de la humanidad, y a la cárcel recientemente estrenada a 74 km al sureste de San Salvador, a donde han sido trasladados más de 2,000 delincuentes que jaquearon al país, con los campos de concentración en que fueron exterminados más de 6 millones de judíos, el mayor holocausto de la historia de la vida humana.

Está claro que Petro, que sigue creciendo en desaprobación, yace dominado por sus traumas sobre la execrable acción del nazismo, doctrina racista y totalitaria que nadie podría defender, juiciosamente, o vive dominado por un complejo antropológico o sociológico intacto desde sus tiempos de guerrillero que golpea con mazo su consciencia por sus actuaciones armadas en la montaña, llevándolo a una gravísima y persistente desnaturalización o tergiversación de la realidad.

Por Miguel Ángel Rodríguez Mackay

 Mira más contenidos siguiéndonos en FacebookTwitterInstagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.