Hincha de las mujeres
Mi madre se llamaba Severa. Mis abuelos fueron injustos al llamar así a la mujer más amorosa y sensible del mundo. Severita no fue a la universidad, pero era muy sabia. Su coraje y perseverancia le permitió sobreponerse a la adversidad para sacar adelante a sus ocho hijos. Ella nos motivó a estudiar para poder competir, inculcándonos tolerancia y respeto a los demás para ser mejores personas. Siempre nos repetía algo que nunca olvido: “los hijos tienen que ser mejores que los padres”.
Por esos años, una sociedad machista, relegaba a la hija dentro del ámbito familiar. El hijo era el “designado” para estudiar y tener una profesión u oficio. La mujer de antes debía resignarse a casarse, ser madre a muy temprana edad, criar hijos y atender al esposo.
Hoy, en el Día Internacional de la Mujer, quiero rendir homenaje a la luchadora mujer peruana que durante décadas ha levantado su voz para hacerse escuchar exigiendo igualdad. A empujones ha impuesto respeto al espacio que por derecho le corresponde. Hoy, es una destacada estudiante, una excelente profesional que aspira a ocupar las más importantes posiciones en las empresas públicas y privadas. La mujer de ahora considera que el matrimonio es una opción, no un fin, y tener hijos su decisión. Hoy, exige se reconozca su capacidad y méritos para recibir igual o mejor remuneración económica que el hombre.
La mujer ha mantenido un rol protagónico en nuestro país: La vimos defendiendo con valor a sus hijos frente al terrorismo. Es la cara visible que pone el hombro a los más vulnerables. En la pandemia, lideró la ayuda social promoviendo “las ollitas comunes” para poner un plato de comida en miles de hogares donde el Gobierno no supo llegar.
Lamentablemente, nuestra sociedad, además de ser mezquina en no reconocer sus logros, la ha dejado indefensa y desprotegida frente a la violencia doméstica y feminicidios que indiferentes vemos a diario. Unos necios machos parecen vivir una descarnada lucha contra la “independencia” de la mujer y negándose a aceptarlo pretenden seguir imponiéndose a golpes.
Heroicas mujeres como Micaela Bastidas, María Parado de Bellido y María Elena Moyano, han marcado el camino a seguir en defensa de sus ideales.
Hoy, una mujer ha asumido la presidencia del Perú y por primera vez tiene la oportunidad de demostrar que puede gobernar nuestro país en un difícil momento. En el intento puede equivocarse como los 130 gobernantes que le antecedieron. Pero antes será determinante que los peruanos entendamos y aceptemos que hoy la mujer tiene tanto o más capacidad y sensibilidad para ocupar tan importante cargo.
Si los peruanos nos propusiéramos poner en práctica lo que decía y hacía Severita, nuestro país podría comenzar a cambiar.
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