¡Jaque al presidente corrupto!
Cayó Bruno Pacheco, el secretario. Ahora caerá Pedro Castillo, el capo de una banda criminal, instalada hace ya un año en palacio de gobierno gracias al fraude electoral orquestado por la misma organización criminal en connivencia con un repulsivo Jurado Nacional de Elecciones. Por suerte Dios ha enviado al Perú a una heroína nacional, para salvarlo de una pugna entre la mayoría de ciudadanos y un presidente sumido en el más grosero escenario de corrupción del cual usted, amable lector, es testigo. Todo lo que los políticos fueron y siguen siendo incapaces de solventar (remover del poder al corrupto régimen que encabeza Castillo), lo está resolviendo el sistema de Justicia, del cual forma parte el Ministerio Público. El reciente, muy acertado acceso al cargo de Fiscal de la Nación de doña Patricia Benavides, ha sido la pieza vertebral para que se entregue a la Justicia Bruno Pacheco, el hombre de confianza de Pedro Castillo que ejerció la Secretaría de la Presidencia de la República. Pacheco ha sido el funcionario más cercano al presidente Castillo y, consecuentemente, un fiel cómplice suyo. ¡Hasta que, sorprendentemente, renunció al cargo abrumado por la inconmensurable carga delictiva que recae sobre él por su papel como confidente de Pedro Castillo, a quien la Constitución “resguarda” de ser procesado -por todo crimen- hasta que deje el cargo! ¡Salvo, claro está, que la Fiscal de la Nación denuncie formalmente al aún presidente de la República ante un Juez Constitucional imputándole poner en riesgo la estabilidad de la nación, debido a que la propia Fiscalía le ha acusado de dirigir una organización criminal para robarle al Estado! ¡Aquello implica que sus crímenes son continuados y, consecuentemente, seguirán produciéndole estragos a los 32 millones de peruanos! Mientras tanto, Pacheco y los demás sicarios sí están sujetos a ser procesados, luego condenados, por todas las fechorías que han cometido como compinches de Castillo. La delación premiada ha dado un fruto inimaginable desde que, el 28 de julio de 2021, un viciado proceso electoral le entregara en bandeja la jefatura del Estado a un sujeto inescrupuloso y taimado, llamado Pedro Castillo Terrones.
¡Castillo está moralmente descalificado para gobernar por los actos que ha perpetrado y que, afortunadamente, conoce a plenitud la opinión pública gracias a la titánica labor de la prensa libre! Sea lo que fuere, el aún mandatario Castillo debe renunciar por el bien del Perú. El golpe que ha recibido le califica sin duda como individuo moralmente incapacitado para gobernar. De mantenerse en el cargo, será constitucionalmente removido y pasará a la historia como un miserable que, hasta el último minuto, mancilló la presidencia de la Nación.
Otrosí. Tras la turbación creada por Renovación Popular presentando sorpresivamente una lista presidida por la doctora Gladys Echaíz, al final ganó la papeleta liderada por la exfujimorista, hoy acuñista, Lady Camones. Resulta indispensable que, en defensa de la Democracia y de nuestro Estado de Derecho, la flamante directiva parlamentaria mantenga el talante opositor del Legislativo. ¡Y se prepare para el inminente relevo del todavía mandatario Castillo Terrones!