Junta nacional de injusticia
La Justicia está en manos de cuatro gatos. Los impuso una llamada “reforma constitucional” inventada por un presidente golpista apellidado Vizcarra, quien clausuró el Legislativo imitando los pasos de Fujimori. Lo cerró, acusándolo de “obstruccionista”. Asimismo, fabricó una llamada Junta Nacional de Justicia JNJ para que digite a los presidentes de las cortes Suprema y Superior de Justicia; a los vocales de las cortes Suprema y Superior; al Fiscal de la Nación; a los Fiscales supremos y superiores; y a los jefes de ONPE y RENIEC. Un órgano que, a criterio de este escriba, no reúne las garantías que requiere la seguridad jurídica y electoral de una nación. La JNJ es un órgano público, cuyo objetivo nominal es “contribuir al fortalecimiento de la administración de justicia en todo el país, y a velar por la institucionalidad democrática a través de procesos justos y transparentes.” Pura palabrería fabricada para embobar al pueblo; y adornar a una JNJ antidemocráticamente creada por el referendum convocado por un régimen golpista, para imponer los caprichos de Vizcarra. Fingiendo la necesidad de introducir una “reforma política”, Vizcarra implantó la JNJ como solución mágica para controlar el sistema Jurídico y la estructura Electoral del país. Obviamente, tanta grandilocuencia no permitía confiar en la idoneidad –y despolitización- de quienes integrarían la cúpula de aquellla JNJ. Gente que monopolizaría la Justicia y el sistema electoral, capturando el poder Judicial, la Fiscalía, el Jurado Nacional de Elecciones y RENIEC. ¡Evidentemente la mafia caviar estuvo encargada del operativo, ejecutado hipócritamente a nombre de 32 millones de peruanos para que una comisión -sin apoyo ciudadano- decida la elección de ciudadanos que liderarían sectores clave para la democracia y el Estado de Derecho!
Suerte de sancto sanctorum, hecho para digitar a la cúpula del poder Jusicial, del Ministerio Público, el Jurado de Elecciones y Reniec. Los electores serían el Defensor del Pueblo; el presidente del Poder Judicial; el fiscal de la Nación; el presidente del Tribunal Constitucional; el Contralor General; el rector de una universidad pública; y el rector de una universidad privada con más de cincuenta años de licenciatura. Gente mayoritariamente del sector público, donde por lo general sus autoridades son electas por consensos que no necesariamente están exentos de influencias y factores que, al final del día, tampoco están libres de trampas, intereses particulares ni tintes políticos. Hemos perdido dos años experimentando con un organismo inconfiable e inútil como la Junta Nacional de Justicia JNJ. El Jurado Nacional de Elecciones dio cuenta promenorizada de ello, ejecutando en 2021 unas elecciones generales pletóricas de mala intención, sospechas, manipulación y direccionalidad.
El próximo gobierno democrático, que sucederá al letal régimen de Castillo, tiene la responsabilidad anticipada de deshacer la JNJ, Leviathan antidemocrático fabricado por el miserable Vizcarra. ¡Hay que devolverle al Poder Legislativo la facultad constitucional –inherente a todo gobierno democrático- de nombrar a los vocales de las cortes Suprema y Superior; también a los fiscales Supremos y consecuentemente al fiscal de la Nación; y al presidente del Jurado Nacional de Elecciones, como al jefe del RENIEC.
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