La dictadura del SIAGIE
A estas horas miles de profesores, en todo el Perú, viven una vía crucis atormentados bajo las garras del SIAGIE (Sistema de Información de Apoyo a la Gestión de la Institución Educativa). Simultáneamente los insensibles burócratas del Ministerio de Educación celebran desde días previos las fiestas de Navidad y año nuevo ajenos e indiferentes a esta problemática y sin tener la menor idea de lo que realmente sucede con el SIAGIE y con las consecuentes actividades de cierre de actividades académicas del año escolar. Mientras tanto los profesores son torturados horas enteras frente a una computadora esperando la “buena voluntad” del servidor, del software y del internet.
Es necesario que informaticemos los procesos a fin de agilizar y optimizar las decisiones, por ello saludamos y valoramos la implementación de la plataforma digital SIAGIE administrado por el Ministerio de Educación y disponible para las Instituciones Educativas públicas y privadas, orientada a gestionar la información de los procesos de matrícula, asistencia y evaluación de estudiantes. Sin embargo, esta debe de ir acompañada de un adecuado proceso de capacitación y una calendarización flexible para evitar un colapso como el que se experimenta en estos días.
Estoy seguro que hasta ahora ninguna Institución Educativa ha finalizado el año escolar con la correspondiente clausura y entrega de libretas, estas han sido suspendidas sin fecha establecida y eso de por si demuestra una burla, desatención y falta de respeto a estudiantes y padres de familia. No es aceptable que los docentes, además de sufrir del abandono del estado, el maltrato económico con míseros sueldos ahora sufran hostigamiento psicológico digital. Ellos merecen todo nuestro respeto y esta debe darse en todos los campos. Nuestra exigencia para que este servicio, que financiamos con nuestros impuestos, sea una solución y no un inconmensurable problema. Esperemos que se re-formulen los procesos para que no vuelvan a repetirse escenarios caóticos.
Todo tiempo pasado fue mejor! Recuerdo las ceremonias de clausura en mi escuelita fiscal: de mis maestros recibía la libreta y si tenía calificativos de color azul era merecedor de la feliz sonrisa de mamá como el mejor regalo de Navidad. Al volver a la escuela en marzo, lo hacía lleno de alegría y abrazaba a mis maestros con cariño. Ahora todo eso suena muy lejano.
