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La economía en la cuerda floja

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Fecha Publicación: 26/07/2023 - 21:40
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Transcurrida la primera mitad del año, entramos a la temporada de “ajustes de las proyecciones” por parte de los analistas locales, los analistas internacionales, y los organismos internacionales (Banco Mundial, FMI, BID, CEPAL, etc.). Sabido es que los economistas nos especializamos en hacer “predicciones” casi con el mismo nivel de confianza con el que meses después las ajustamos, a veces al alza, otras veces a la baja.

En el caso de la economía del Perú –a diferencia de la economía brasileña y la mexicana donde los ajusten recientes son todas al alza–, los recortes anunciados por analistas locales y extranjeros nos llevan a esperar un muy mediocre nivel de crecimiento este año (1.5%), a pesar del estímulo fiscal implícito en el plan “Con Punche Perú.

A mí, en lo particular, las menores expectativas de crecimiento económico no me sorprenden. De hecho, como advertí durante la presentación del plan “Con Punche Perú”, es muy difícil que la economía registre este año un crecimiento sustantivo si uno de sus pilares consiste en confiar el 60 por ciento de la inversión pública a los gobiernos subnacionales cuando la experiencia muestra que éstos, durante su primer año de gobierno (como es el caso este año), ni gastan ni invierten.

Como muestra el Boletín Económico del BCR, en términos nominales, la inversión pública en este primer trimestre de 2023 ha sido la más baja de los últimos diez trimestres, apenas 3,966 millones de soles versus 4,005 millones de soles el primer trimestre de 2022 o los 4,650 millones de soles del primer trimestre de 2021. ¡Imagínense ahora el nivel de la caída si ajustamos las cifras por inflación!

Pero el problema mayor no se limita al ámbito de la inversión pública. Su pobre desempeño actúa como una señal negativa a la inversión del sector privado –responsable del 80 por ciento de la inversión total y por lo tanto el verdadero motor de crecimiento– y en general, sobre “los espíritus animales” de los que nos hablaba Lord Keynes. Como consecuencia de todo lo anterior, la economía nacional lleva ya dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo (comparando trimestre actual con igual trimestre del año anterior), algo que en las economías desarrolladas se denomina “recesión técnica”. Recesión técnica que, aunada a una persistente inflación, constituye además un riesgo adicional “a la baja” por su impacto sobre las expectativas.

Todo esto suena muy técnico, lo sé. Traducido al lenguaje cotidiano, significa que el gobierno de la Sra. Boluarte seguirá haciendo equilibrio de alto riesgo en lo que queda del año, enfrentando los vientos huracanados de la política y la conflictividad social sin la malla protectora de una economía en expansión. En tales circunstancias, que nadie se sorprenda que de pronto el gobierno pierda el paso y se estrelle de bruces en el pavimento.

Por Carlos Anderson

(*) Congresista de la República

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