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La errática derecha peruana

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Fecha Publicación: 01/07/2023 - 23:00
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Si pudiéramos llamarles “dirigentes” a quienes fungen de tótems en los partidos políticos peruanos que izan la bandera de la derecha, como del centro derecha, la candidez de estos impide que parte de la sociedad se desarrolle en aquellos espacios filosóficos, afines a su pensamiento. Nos referimos a Fuerza Popular, Avanza País o Renovación Nacional, cuyas erráticas dirigencias impiden que participen en esos espacios por lo absurdo de muchas decisiones que adoptan; o porque sus líderes se acobardan cuando, desde el corral de las izquierdas, alguien les llame “derechista” o “ultraderechista”, epíteto que proviniendo de un ultraizquierdista -o un terrorista como aquellos que cobija la izquierda peruana- resulta siendo más un elogio que un insulto.

Sin embargo, la ceguera de las dirigencias de la derecha nacional llega a cotas de verdadero delirio, cuando estas intentan hacer lo que los huachafos llaman “alta política”, aliándose con un enemigo irreconciliable –tanto de la izquierda como la ultraizquierda- para “sumar fuerzas en beneficio del bien común.” Esta barbaridad revela la miseria socioideológico/partidaria que envuelve a nuestros dirigentes de derecha. Ahí quedan claramente retratados los escarceos que, de manera impune, vienen dándose delante de la ciudadanía, alentando a que la sociedad peruana digiera la absurda idea que Valdemar Cerrón es alternativa para presidir el Congreso.

¡Señores!, Valdemar Cerrón es hermano del Vladimir, sentenciado por corrupción, dueño del partido comunista Perú Libre; culpable del peor desastre que haya soportado el Perú al imponernos como presidente a Pedro Castillo un ágrafo, corrupto -como Vladimir- que quiso transformar el Perú en Venezuela. Recordemos que Vladimir Cerrón inscribió ilegalmente a Perú Libre ante el JNE, al abortar su postulación presidencial por dicho partido tras ser condenado como ladrón. Por ello, en reemplazo suyo inscribió a Pedro Castillo (quien nunca había pertenecido a Perú Libre) y a Dina Boluarte como su vicepresidente, quedando en blanco la segunda vicepresidencia. Ello fue un acto fraudulento que vició el proceso electoral avalado por el objetado, todavía presidente del JNE, Salas Arenas. Ese hecho delictivo se sumó al atentado que significó inscribir a Perú Libre como partido demócrata pues, a través de Pedro Castillo, llevó a sendero luminoso a la cumbre del poder. Estos hechos lastran a esta siniestra organización política, hoy envuelta en un cúmulo de justificados procesos judiciales. Aunque, éticamente, ha quedado aplastada para siempre.

No obstante, Fuerza Popular, –en sencillo, el fujimorismo que encarna al centro derecha peruano- alcanza ahora al colmo del delirio, afianzando la ceguera de su dirigencia (a ello nos referimos iniciando esta columna), al prestarse a que sus voceros propalen, entusiastamente, que “Valdemar Cerrón es un político dialogante, con quien es posible departir y en quien puede confiarse”, ¡sin negar que pudiesen proponerlo como presidente del Legislativo! Comentario similar hemos escuchado a dirigencias de otros partidos de derecha y centro derecha, como Avanza País o inclusive de Renovación Popular. Actitudes como estas desalientan la participación ciudadana en las actividades de la derecha y/o centroderecha. Ojalá sus dirigencias, finalmente, corrijan esta grave aberración, antes de elegir al siguiente presidente del Congreso.

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