La estrategia izquierdista para las elecciones 2026
No hay espacio en nuestro Estado que no esté podrido. Cortesía –¡cuándo no!– de la izquierda. ¡Fundamentalmente, de la izquierda caviar, por su obsesión en copar todos los espacios disponibles y acaparar todos los números premiados! Los rojos intentan convertir las próximas elecciones generales en tribunas mayoritarias suyas. Lo nuevo es que eso lo ejecutarán apelando a minipartidos políticos, provistos de un mismo –o muy similar– plan de acción, análogo en objetivos como en conceptos e ideología; variando tan sólo en cuanto a los tiempos y la intensidad de su puesta en práctica. Partamos de la realidad. Los caviares son rabanitos. Es decir, rojos por fuera y neutros por dentro. Para ellos todo vale, con tal de continuar en la cima del poder. Somos víctimas de esta banda criminal que se ha apropiado de nuestro país desde inicios del siglo XXI. Fue tras el éxito electoral del corrupto Toledo; engreído del zar de los caviares, George Soros, junto con su hebreo correveidile, Gustavo Gorriti Ellenbogen. Tres sujetos inescrupulosos capaces de cualquier trastada, con tal de mantenerse a flote y cercanos al poder, operando a través del secuestrado Ministerio Público y el poder Judicial, como comprobamos desde hace dos décadas. Tal como hizo Fujimori con el juez supremo Rodríguez Medrano y la entonces Fiscal de la Nación, Blanca Nélida Colán, ambos alfiles suyos que manipulaban el Estado a punta del chantaje, en condición de jerarcas de un sistema Jurídico digitado desde el poder político. Igual sucede ahora, apuntando contra quienes no pertenecen a la mafia caviar para condenarlos al ostracismo, cuando no a la cárcel.
La nueva estrategia socialista consistiría en inundar el escenario electoral del 2026 con minipartidos izquierdistas, cuya subsistencia financiarán con fondos estatales. Al efecto, Salas Arenas ya ha presupuestado 78 millones de soles para solventar a las agrupaciones políticas que participen en los comicios de 2026. Por lo pronto, el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), que preside este tan cuestionado comunista Salas Arenas, ha echado mano del Presupuesto Nacional para financiar su proyecto de anegar la campaña electoral con grupos violentos que impongan miedo al resto de la ciudadanía. La idea es que la izquierda acapare la futura elección con decenas de micropartidos, muy belicosos para, en conjunto con las actuales agrupaciones de esas mismas tiendas políticas, demandar una asamblea constituyente, y cambiar nuestra Carta Magna. El financiamiento de la constituyente provendría, sin duda, de la mismísima torta de los S/ 78 millones donada por Salas Arenas. Los comunistas procurarán ganar la elección aprovechando los votos de millones de analfabetos y de tontos peruanos, alucinados por el virus comunista. Consideran que, de esta manera, tendrían asegurada su estrategia a través del subsidio conseguido por el JNE. El comunismo se encargaría de meter a palacio de gobierno a su candidato; y en el Congreso impondría a su bancada parlamentaria, esperando que la estrategia de los minipartidos de izquierda le permita ocupar la mayor parte de las curules. ¡Soñar no cuesta nada! ¡Pero, cuidado nomás, que semejante sueño pudiera acabar convertido en una realidad para la izquierda!
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