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La memoria es un viaje

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Fecha Publicación: 02/10/2020 - 20:10
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Usualmente dejamos a buen recaudo los equipajes que llevamos durante largos viajes. Desde que llegamos a este mundo, realizamos interminables viajes, los que muchas veces son sin salir de casa. Solo así nuestra frágil memoria puede concebir y ser como un fiel testigo de los días de brillo, gloria, júbilo y también de tempestades, penas y desventuras. Por esta razón celebro el libro de María Luisa Zevallos Pacheco, quien nos entrega La memoria es un viaje donde el protagonista principal en la obra es nuestro querido y nunca olvidado Juan Incháustegui Vargas.
Mucho se ha escrito sobre la vida pública de Juan Incháustegui; su paso por la política decente y, sobre todo, por su gran aporte a la educación. Lejos de los lentes y flashes, Incháustegui cultivaba otra faceta, cuyo privilegio de haberla vivido lo tienen su familia y algunos pocos amigos. Felizmente, a través de este libro, que es todo un testimonio de parte, tenemos el privilegio de conocer un poco más acerca del excelente hombre de letras que fue. Su modestia lo llevaba a afirmar que tuvo “Vanos intentos de imitar a Bécquer o a Juan Ramón Jiménez”, pero en realidad fue un cultivado ratón de biblioteca y cultor de sanas costumbres con las que disfrutaba de la vida.

El libro rescata y revive su voz a pesar de su ausencia. Nos permite acompañarlo por diversos parajes de su vida que lo marcaron para siempre. Nos muestra al verdadero Juan, quien no solo tenía un lado humano, sino que era un cuerpo íntegro y completo: el hombre que da todo por el ser que se encuentra en dificultades, el hombre al que siempre podremos decirle “No te vayas, hermano, no me dejes”. Porque la vida es eso, está llena de experiencias con las que se va templando el acero y el carácter. La vida es compleja y difícil, pero bella, y depara muchas satisfacciones que es posible resumir en una sonrisa cuya magia viaja a través del tiempo. La vida encerrada, sin servir al prójimo, es inconcebible.

Al finalizar la lectura del libro, se queda con la sensación de decirle “¿Por qué no nos sigues contando y así hacemos más corto el viaje?”. Hacer más corto este viaje es no dejarte ir a pesar de tu partida. Por eso, saludo a María Luisa por traernos de vuelta la voz vigorosa de Juanito, a cuya ausencia es imposible acostumbrarse.