La Muerte Lenta de Dina B
“La Muerte Lenta de Luciana B” es una novela casi policial, pero que –en esencia– constituye una reflexión sobre el poder y una parábola sobre el mal en estado puro. Escrita por el matemático y escritor argentino Guillermo Martínez y publicada en 2007, la novela relata la vida llena de angustia de Luciana B, una mujer que, en su juventud, trabajó para un famoso y cerebral escritor, un tal Kloster, a quien “ofendió terriblemente” al rechazar sus indecorosos avances amorosos.
Poco tiempo después, Luciana B sufre una serie de infortunios, entre ellos, la muerte trágica –siempre en condiciones por demás sospechosas– de varios seres queridos, y se convence que todo forma parte de un misterioso y siniestro plan de venganza urdido por el malvado Kloster. Y así –de a pocos– paralizada por la angustia, a Luciana B se le va escapando la vida.
La historia de Luciana B parece una alegoría de la tragicomedia que consume a la Sra. Dina Boluarte desde que se vio “forzada” a aceptar la renuncia de Alberto Otárola como premier y defensor –en– jefe de la presidenta. La sucesión de “hechos desafortunados” acaecidos a Dina B desde entonces ha llevado a algunos a especular que nada es casualidad y que –como sospecha Luciana B en la novela de Guillermo Martínez– se trata mas bien “de un misterioso y siniestro plan de venganza” urdido por el malvado Otárola (Hania Pérez de Cuéllar dixit).
Así, el destape en los medios periodísticos de su valiosa colección de relojes de alta gama –incluidos varios Rolex–no sería producto del ojo avizor de algún sabueso sino un hueso tirado a las redacciones con el fin expreso de causarle daño a Dina B. De igual manera –bajo esta óptica especulativa– el destape de las abultadas cuentas mancomunadas de la Sra. Presidente o las constantes revelaciones acerca del papel no oficial de su queridísimo hermano Nicanor serían producto de elucubraciones lanzadas desde la oscuridad donde habitan los “poderes fácticos” que, ante el descalabro de los Rolex y el olor a corrupción, parecen decididos a darle un fatal empujoncito a Dina B.
Como en el caso de Luciana B, la sucesión casi interminable de hechos infortunados tiene a Dina B con los nervios de punta, paralizada por la angustia de la próxima venganza. Se trata de una muerte lenta que arrastra al país a un estado igualmente de angustia y parálisis por la demostrada incapacidad de la presidenta para dar algún tipo de respuesta o explicación mínimamente convincente.
Desafortunadamente, a diferencia de la novela de Guillermo Martínez –armada a partir de unos cuantos personajes y unas cuantas escenas– la muerte lenta de Dina B afecta a 34 millones de personas y se traduce en mayor inestabilidad institucional, menores inversiones, y tambores de guerra que anuncian el adelanto de una nueva temporada electoral en medio del caos y la incertidumbre.
Congresista de la República.
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