La palabra del chino

Alberto Fujimori, en su libro LA PALABRA DEL CHINO, desentierra la verdad y nos la recuerda para enfrentar las mentiras y desinformación que sus adversarios utilizaron para adoctrinar a nuestros niños, desde las escuelas, distorsionando perversamente la realidad.
A unos días que la justicia resuelva el habeas corpus, que ha presentado el expresidente Fujimori solicitando su excarcelación, me he permitido transcribir algunos párrafos del libro que, en sus palabras, describen el Perú que encontró y cómo enfrentó el gran reto de sacarlo adelante.
“El Perú en los ochentas estaba económicamente quebrado y sumido en la más espantosa violencia. Mi gobierno afrontó desafíos de una dimensión que no hemos conocido después. Se reconstruyó el país gracias a los enormes esfuerzos de una generación, la de los padres de estos jóvenes a los que especialmente quiero dirigirme, que pusieron su cuota de sacrificio para remontar el desastre heredado. Todo esto es historia vivida, pero ocultada, negada o bien soslayada, tergiversada y manipulada por una suma de intereses subalternos.”
“Los niños y adolescentes de esa década crecieron con dificultades inimaginables, conocieron la escasez de leche o azúcar y las largas colas para adquirir productos de primera necesidad. En su memoria están grabados los toques de queda, los coche bomba, los apagones.”
“Fue mi gobierno, que hoy aparece en algunos textos educativos como una sangrienta dictadura antipopular, el que logró bajar la inflación de 7,650% de 1990, a un 3% en el 2000. Esto permitió que el país despegara, que retornaran las inversiones, que la pobreza inenarrable retrocediera. Paralelamente, se acabó con una devastadora violencia terrorista derrotando a Sendero Luminoso y al MRTA.”

“Han inventado una montaña de falsedades, algunas delirantes, que han circulado como verdades indiscutibles. No es posible construir una democracia sobre el silenciamiento y la mentira”
“No puedo negar que una gran corrupción, infiltró mi gobierno, que videos repugnantes mostraron esa realidad del modo más descarnado. Pero quien estuvo al frente de la administración del decenio de 1990 no estuvo vinculado a esa corrupción ni a licitaciones amañadas ni robos. Sin embargo, mis adversarios han pretendido convertirme en ladrón, saqueador, dictador y asesino.”
“Muchos jóvenes se deben preguntar ¿por qué Fujimori está recluido en un penal si su gobierno reconstruyó el Perú desde los escombros? Porque se me aplicó la teoría de la autoría mediata en los casos de Barrios Altos y La Cantuta para prescindir de pruebas y, además, juzgado por supuesto delito de secuestro agravado, sentenciándome a veinticinco años de prisión de los cuales llevo cumplido catorce.”
Alberto Fujimori ha recibido un constitucional indulto presidencial que no se respeta por la injerencia de ideologizados organismos internacionales. A sus 85 años, enfermo, merece vivir sus últimos años en libertad.

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