La salud del Perú
Según la Pirámide de Maslow, el ser humano busca satisfacer primero sus necesidades más básicas como las fisiológicas (alimentación y descanso), las de seguridad (salud y empleo), las sociales (amistad, intimidad), luego las de reconocimiento (éxito, respeto, confianza), hasta llegar a la cumbre en donde está la autorrealización.
De acuerdo a las estadísticas y a la cruda realidad que vemos cada día, muchos de nuestros compatriotas siguen luchando a fin de cubrir la canasta básica familiar y han interiorizado que ‘no pueden enfermarse’ porque lo más probable –tal como lo comprobamos en la pandemia del covid-19–, es que encuentren la muerte debido el difícil acceso al pésimo sistema de salud que lamentablemente existe en nuestro país.
La probable solución de todo este laberinto es una reforma integral del sistema, desde garantizar el servicio de agua y desagüe a toda la población y fortalecer la vigilancia y control del programa de Redes Integradas en Salud (RIS), hasta asegurar el abastecimiento de medicamentos en los hospitales y crear un órgano regulador de medicamentos que permita que lleguen a los pacientes en las cantidades y tiempos requeridos.
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) al 2022, 83 de cada 100 personas que se enfermaron no fueron atendidas en los servicios de salud públicos ni privados ya sea a nivel urbano o rural. Asimismo, el 97% de las postas, centros de salud y hospitales públicos no tienen la capacidad para atender la demanda de la población. Lo común es que las citas médicas tengan un horizonte de varios meses, ocasionando que se agraven las dolencias de nuestros compatriotas.
Asimismo, de los S/ 5,800 millones de inversión pública en salud ese año, no se ejecutaron S/1,800 millones (principalmente los Gobiernos regionales y locales). Puno, por ejemplo, proyectó invertir S/ 683 millones en el periodo 2019-2022; sin embargo, no pudo ejecutar más del 50%. Para este año tiene un presupuesto de S/251 millones.
Se sabe de algunos esfuerzos que apuntan a facilitar el acceso a la salud de quienes no tienen seguro social o un seguro privado. En marzo de 2019 el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) suscribió 2 contratos de préstamo con el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por US$ 125 millones cada uno a fin de financiar parcialmente el programa Creación de Redes Integradas de Salud (RIS).
Asimismo, en octubre de 2022, el MEF publicó la segunda versión del Plan Nacional de Infraestructura para la Competitividad (PNIC-2), en el que incluyó 22 proyectos por S/7,470 millones (6 son de Lima Metropolitana y 16 en provincias de nueve regiones).
Empero, la salud en el Perú es tan delicada, diría que está en la Unidad de Cuidados Intensivos, que se debe trabajar a más niveles, como la mejora de las competencias de los nuevos funcionarios (locales, regionales y a nivel nacional), el fortalecimiento de las políticas del sector, el planeamiento de las inversiones y la lucha contra la corrupción que daña la gestión. Brindemos a los peruanos un servicio digno de salud, de lo contrario estaremos construyendo un país inviable.
Por Julio Pérez Alván
(*) Presidente de la Asociación de Exportadores (ADEX)
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