La siempre prosenderista CIDH
Un sesgado, inconsistente, recusable informe de los comisionados de la CIDH sostiene que en el Perú “hubo protestas no pacíficas causadas por la demanda de la población que exigía el adelanto electoral y convocar a una Asamblea Constituyente.” Incoherentemente, CIDH dixit, “si bien esas protestas no fueron del todo pacíficas, son sustanciales para la existencia de la democracia y un derecho en el contexto de una crisis política”. Justifica aquella indignación de la gente, por graves “episodios del uso excesivo de una fuerza desproporcionada, indiscriminada y letal del Estado, generando un elevado número de muertos, y heridos con lesiones en la zona superior del cuerpo, por impactos por armas de fuego. ¡Incluyendo perdigones!”, agrega.
Igualmente precisa que en Ayacucho y en Puno prevalece una “marcada discriminación por factores raciales y étnicos, porque llaman cholos, indios, senderistas y/o terrucos a simples campesinos.” Y acaba denunciando que han existido ejecuciones extrajudiciales, así como privaciones del derecho a la vida. Y que, dadas estas circunstancias en modo, tiempo y lugar, “podrían calificarse como masacre”. Igualmente la CIDH afirma que durante reuniones que ha sostenido con familiares de las víctimas, “varias dijeron que sus parientes fueron estigmatizados y tratados como terroristas.”
Finalmente manifiesta que, de existir responsables, los perpetradores deberán “sujetarse a las correspondientes sanciones penales”. Asimismo, precisa que “todas las víctimas de violaciones de derechos humanos serán reparadas en forma integral.” Pero, ¿quién procesará y condenará a “los perpetradores”? ¿La Corte Interamericana de Derechos Humanos? ¿Aquel ente archiconocido que funciona como un tribunal ideologizado, absolutamente parcializado y con una marcada predisposición contra el Perú? ¡Tal vez porque somos de los pocos países que, hasta ahora, ha logrado salvarse de ser capturado por las fuerzas totalitarias, que operan a través del Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla! ¡Precisamente aquellas que con tanto entusiasmo aplaude y defiende la CIDH! Por último, la CIDH hace indisimulada referencia al infausto 7 de diciembre de 2021, identificándolo como “el día en que ocurrió un rompimiento del orden constitucional”.
Es decir, adrede evita citarlo como “el día en que Pedro Castillo dio un golpe de Estado, violando la Constitución peruana.” Incluso este gesto delata la complicidad la CIDH con Castillo Terrones, motivada por el hecho de ser un sujeto impuesto en el sillón presidencial por las izquierdas (acá no cabe duda alguna) vinculadas al grupo terrorista sendero luminoso.
¡Recuérdenlo, sino, veedores de la CIDH! ¡Desde 2016 hasta 2021, Pedro Castillo ejerció las veces de secretario general del Sutep, facción del Movadef; el brazo político de sendero! Finalmente, los delegados de la CIDH conocen perfectamente que su corte ha sido una gran defensora de los derechos humanos de los terroristas. ¡Concretamente de sendero y mrta! Y siguiendo el hilo del descarado informe con el cual ahora han decidido arremeter contra el Perú, mantiene a tope su bandera antiperuana y pro violentista, comportándose como implacable fiscal y juzgadora contra el Gobierno, la Policía y las FFAA peruanas; mientras victimiza a todo lo que se relacione con la violencia incitada por el extremismo.
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