«La valentía es la fuerza de la razón»
Últimamente los tiranos y sus socios narcotraficantes tienen miedo: por eso mataron a Fernando en Ecuador, por eso Ortega y su mujer Rosario cierran universidades, por eso el sátrapa Maduro no quiere elecciones con María Corina Machado, por eso el delincuente cocalero Evo Morales quiere ser, otra vez, presidente de Bolivia, etcétera.
Tienen miedo al panorama político actual, vislumbran un cambio profundo impulsado desde los movimientos conservadores de todo el mundo. Al igual que en la histórica Reconquista española, donde los adelantados lideraron el camino hacia la recuperación del territorio y de la defensa de la cristiandad, un nuevo grupo de líderes está emergiendo para liderar una transformación significativa en sus sociedades.
Tal y como demuestra lo que está ocurriendo en Europa y en otras naciones de Hispanoamérica, el cambio es imparable. Estos lideres y otros que vendrán se atreven a ir más allá de lo establecido, a romper con el statu quo y a abrir nuevos caminos.
La inestabilidad política del Perú, la polarización social y la corrupción han erosionado la confianza en las instituciones tradicionales. En este contexto, los conservadores se enfrentan a un desafío: encontrar una manera de liderar el cambio sin perder su identidad. En los últimos años, el país ha experimentado una serie de crisis políticas, incluyendo la destitución de dos presidentes y la disolución del Congreso. En Perú uno podría pensar que se ha convertido en tradición ser presidente y terminar en la cárcel. Esta inestabilidad ha hecho que sea difícil para los conservadores construir un proyecto político a largo plazo.
El ejemplo de la Reconquista española es un recordatorio de que los adelantados pueden ser una fuerza poderosa para el cambio. Estos hombres y mujeres fueron capaces de unir a un pueblo dividido y derrotar a un enemigo poderoso. Su éxito se debió a su visión, su coraje y su determinación.
En el contexto actual, los adelantados peruanos están desempeñando un papel importante en la defensa de los valores tradicionales. Están siendo capaces de ver el mundo con nuevos ojos, de desafiar las ideas convencionales, de presentar proyectos transversales y de volver a luchar batallas que muchos habían dado por perdidas. Por ello con sus actos, con sus palabras y con su fuerza deben ayudar a los movimientos conservadores a conectar con las nuevas generaciones, a encontrar nuevas formas de comunicar, de buscar y defender la verdad y de construir un futuro que sea sostenible y próspero para todos.
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