Los caviares al acecho
Un cuarto de siglo de prepotencia y dominio caviar han dado como resultado la ruina sociopolítica del Perú. La vemos plasmada en lo que alguna vez fue la patria, ahora hecha trizas tras 25 años de implacable asalto político al que, hasta el siglo pasado, fuera un vibrante país del que hoy quedan cenizas. La irritación social que, a lo largo de un cuarto de siglo, provocaron los caviares –apelando a sus teorías alambicadas, falsarias e interesadas– han reconvertido al Perú en pasto del odio y la violencia; de la maldad y la bilis; de la ambición y prepotencia de tanto miserable, desesperado por alcanzar el poder a partir de la lucha de clases como práctica para, algún día, gobernar este país sin necesidad del voto ciudadano. Así han surgido llos sánchezmorenos, los garcíasayanes, los basombríos y tantos otros apellidos de una rancia derecha del siglos pasados, ahora venida a menos; aunque desesperada por recuperar posiciones a base de venganza. Gente presuntamente bien educada desde el epicentro del caviarismo y la lucha de clases –la Universidad Católica– donde aprendieron la nueva biblia marxista identificada con los derechos humanos de los terroristas, y su derecho a ejercer la venganza política como táctica socialista para reciclarse socialmente, gracias a esa justicia transnacional de la CIDH que, precisamente, administra con puño de hierro la dirección central del caviarismo. Recordemos, amable lector, que los caviares elevaron a los altares a los terroristas, trajeándolos de luchadores sociales, en los precisos momentos que estos atacaban sanguinariamente al resto de la sociedad; ensañándose con los policías y militares para conseguir apoyo popular para su planificada conquista del poder político. Como parte de aquel libreto reivindicacionista, surge la fiebre de las ONG, convertidas en auténticos centros de operaciones políticos y en paraísos financieros para hacer y deshacer en el Perú, sin necesidad de entrar en problemas policiales ni judiciales.
Los caviares están atrincherados tras la Junta Nacional de Justicia para, desde allí, recapturar el control de la Fiscalía que administraron hasta que llegó a la presidencia el golpista, ágrafo, corrupto Pedro Castillo. El poder que da manipular el Ministerio Público, permitiría que los caviares designen al o la Fiscal de la Nación, y vilipendian a Patricia Benavides, ex Fiscal de la Nación que cumplió un rol preponderante en la captura del golpista Castillo. Esto con el siniestro propósito de desprestigiarla, para conseguir la libertad del golpista vía un fallo arreglado en el poder Judicial. Cuidado. Con la Fiscalía nuevamente en poder de los caviares; fuera de la policía politizada DIVIAC adscrita al Ministerio Público, el poder que lograron acaparar los caviares acabaría con toda oposición que encontrasen para ejecutar su siniestro propósito de instalarse en el poder y nunca volver a dejarlo. ¡Tan peligroso como cualquier régimen comunista! El Congreso está obligado a defenestrar a los prevaricadores miembros de la Junta Nacional de Justicia, en inconstitucional rebeldía. ¡Si permite que sigan administrando la JNJ, el Congreso claudicaría de su deber constitucional entregando el gobierno a los caviares!
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