Los caviares: falsos valores de la ética
Recientemente, la vicepresidente del Congreso, Roselli Amuruz, informó que su despacho recibió un Informe de auditoría de la Contraloría General de la República, determinando que el inefable “Fernando Tuesta Soldevilla fue contratado de manera irregular” por el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), que aún preside Jorge Luis Salas Arenas. El objeto del contrato fue realizar un trabajo sujeto a la mundología que, explícitamente, manifestara tener Tuesta al firmar el convenio respectivo.
Sin embargo, Tuesta incumplió el requisito fundamental: “tener experiencia específica de tres años en labores o prestación de servicios de asesoría en materia electoral.” Como denuncia la parlamentaria Amuruz, “Tuesta no cumplía con el perfil requerido. Y a pesar de ello, bajo esa misma modalidad y hasta el año 2023, el JNE lo ha seguido contratando.”
Agrega: “No hay duda que es una trama dirigida por Salas Arenas para favorecer indebidamente a su amigo, el señor Tuesta (….) Queda demostrado que, durante la gestión de Salas Arenas, existe un dispendio del presupuesto asignado por el Estado. Porque no puede utilizarse el dinero de todos los peruanos como le venga en gana a uno.
Los responsables deben ser sancionados con todo el peso de la ley”, concluyó la legisladora de Avanza País. Queda demostrado que a este presumido técnico en temas electorales (Fernando Tuesta), culpable del adefesio de reforma constitucional que impuso Vizcarra –vía referendo– al vetar la reelección legislativa y consecuentemente invadir el Congreso con neófitos, mafiosos, delincuentes, etc.
Impidió, así, que los partidos postulen a gente experta para darle lustre al Estado, mediocrizándolo al extremo del caos que hoy nos asfixia. No obstante, Tuesta fue contratado otra vez por el Estado recibiendo –sin cumplir con la especialidad exigida– otros S/ 54,000.00 del presupuesto que usted contribuyó a pagar, amable lector.
Probablemente ha ocurrido lo mismo en los casos que oportunamente denunció el agudo periodista Aldo Mariátegui, quien en una de sus leídas columnas dedicó las siguientes líneas a Tuesta Soldevilla: “Puse su nombre y apareció que el Estado le ha pagado S/ 921 mil y pico por sus servicios desde 1999: S/625 mil (JNE), S/190 mil (ONPE), S/ 78 mil (Ambiente), S/14 mil (PCM), S/12 mil (DP) y S/ 820 (Defensa)”, en referencia a las compulsivas contrataciones que, año a año, pacta este sujeto de raigambre caviar, sin dar las explicaciones que le debe al país.
Por lo demás, Tuesta apeló judicialmente a una resolución referida a su destitución de la ONPE (que, momentáneamente, preferimos guardar en reserva), por contratar en forma indebida a una dama; incidente que fue difundido de manera profusa. Sin embargo, su apelación fue severamente denegada.
Apostilla. Finalmente fue destituida Inés Villa Bonilla, integrante de la Junta Nacional de Justicia, cuya edad excedió largamente el límite para trabajar en el
Estado. Con ello han vuelto a perder fuelle los caviares en la caviarizada entidad. Estos cambios empezaron con la designación de la valerosa Fiscal de la Nación Patricia Benavides. ¡Hay esperanza de nuevas transformaciones a futuro, amables lectores!
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