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Los destructores del país

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Fecha Publicación: 31/10/2023 - 23:00
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En 2018, Julio Guzmán, entonces líder del “partido” morado, celebraba una reunión íntima en un hostal miraflorino con Liliana Medina Acurio, camarada de su cofradía política. Súbitamente, alguna vela que ambientaba la habitación prendió fuego a la alfombra o una cortina. ¡Guzmán puso pies en polvorosa! Dejó sóla a su ocasional acompañante, en medio del fuego que frustró su esperada escena de amor. Su huida acabó filmada por una cámara que siguió su loca carrera durante algunas cuadras. El hecho aparecería en la televisión. Tiempo después, Guzmán volvería a fugar; pero esta vez al extranjero. Tipejos como Guzmán, liderando un “partido”, son grandes responsables del caos político que embarga al país. Esta nueva trova de politicastros ha degradado, prostituido y mercantilizado la política, hasta extremos inimaginables. Recordemos las consecuencias de su súbito surgimiento, alrededor de la candidatura de Pedro Pablo Kuczynski. Desde entonces –2016– el país ha sido “gobernado” por seis mandatarios y sufrido tres golpes de Estado: Sagasti vacando a Merino; Vizcarra clausurando el Congreso; Castillo nuevamente cerrando el poder Legislativo. Sátrapas como Guzmán, que fungen de líderes políticos –inclusive fue candidato a la presidencia de la República– pertenecen a esa ralea “caviar” que se considera moralmente impoluta, políticamente correcta y propietaria absoluta de la verdad. Cuando, en rigor, son una partida de corruptos –el affaire Lava Jato con sus fiscales Domingo Pérez y Vela Barba los retrata de cuerpo entero– , de ineptos, de violadores de la Constitución y mentirosos profesionales.

Pues este lunes, un nuevo prohombre del “partido morado”, llamado Carlos Ezeta, fue presentado con bombos y platillos, vivándole y aplaudiéndole como alguna gloria política. Obviamente los morados, concretamente los caviares, echaron tierra al prontuario policial de este sujeto Carlos Ezeta, quien fuese detenido por la Policía en noviembre de 2020 por haberle propinado un brutal puñetazo en el pómulo al exparlamentario de Acción Popular, Ricardo Burga. El Tercer Juzgado de Investigación Preparatoria le condenó por “Lesiones Graves”, imponiéndole “comparecencia con restricciones y reglas de conducta”. El mérito que los morados atribuyen al tal Ezeta es su gesta como “millennial” durante el golpe que dieron para vacar a Manuel Merino. Los caviares provocaron una violencia extrema urdiendo sangrientos disturbios. La consigna: sacar de palacio a Merino y reemplazarlo por uno de los suyos: Francisco Sagasti. El golpe fue aplaudido por RPP, El Comercio, La República, los canales 2, 4, 5, 8, 9. Transmitían noticias gratis las 24 horas corridas, promoviendo violentistas marchas diarias, avisando las horas, los puntos de reunión y celebrando la gesta de los organizadores –los caviares– que contaron también con la vergonzante simpatía del entonces gerente general del Banco de Crédito, quien marchaba muy orondo portando incitantes. soliviantadoras banderolas.
Si el Jurado Nacional de Elecciones estuviese en manos de gente honesta, impediría la participación electoral del partido morado, por el precedente de su violentísima conducta antidemocrática. ¡El partido morado (caviar) desató el caos sociopolítico que seguimos viviendo desde que Vizcarra reemplazara a PPK, y luego los caviares lo vacaran para imponer a Sagasti, con resultados francamente oprobiosos para el Perú. ¡Merecen desprecio y castigo!

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