Más de lo mismo
Por Augusto Millones Santa Gadea.
Un nuevo proyecto de Ley de Contrataciones ha sido publicado y muchos esperábamos que sea la solución a los problemas de corrupción que tiene el país.
El proyecto presenta mejoras respecto al control de los proyectos, llámense también términos de referencia del objeto de contratación, sin embargo no contiene una propuesta que nos haga pensar que estamos en el camino correcto para terminar o por lo menos menguar la corrupción contractual del Estado, la cual tiene un largo historial demostrado en varias publicaciones, como por ejemplo “La historia de la corrupción en el Perú” del Profesor Dr. Quiroz, a la cual podemos agregarle los últimos procesos judiciales de presidentes, empresarios, jueces, árbitros, etc.
Sostenemos que quien debe intervenir en el proceso de contratación, como última Instancia Administrativa, es la Contraloría General de la República, tal como es en la República de Chile, país largamente mejor situado que nosotros en el Índice de Percepción de la Corrupción del Banco Mundial.
La Contraloría, que de hecho interviene en la contratación pública, cuando aprueba adicionales y en los llamados controles concurrentes, los cuales no excluyen el control posterior, es el ente que históricamente no ha encontrado ni denunciado grandes contrataciones corruptas, su intervención generalmente es después de las denuncias periodísticas o del extranjero, como fue el caso Lava Jato.
En tanto no establezcamos normas como la propuesta, solo estaremos dando un mejor maquillaje a un rostro que parece impenetrable, como el título de un film muy antiguo.
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