«Más vale malo conocido... »

Es la historia de siempre. Difundir rumores –en este caso, lanzados por gente del entorno del golpista Castillo- imputando a la presidente Dina Boluarte de un rosario de sospechas –no hay nada concreto- que luego las recoge la Fiscalía y, finalmente, a todo volumen las reverbera la prensa caviar.

Entendámoslo bien, amable lector. En tiempos de confusión y de caos -como los actuales- la mafia caviar sale salivando de sus madrigueras, decidida a ganar espacio a través de la cadena mediática llamada "la gran prensa peruana". Los caviares son los profesionales de la rumorología, la intriga y, sobre todo, del engaño.

Creadores de campañas a base de mentiras; o mejor todavía, de medias verdades. Que al final del día son probablemente mucho más devastadoras. Concretado el tema, el chisme se esparce como fuego, retroalimentado por los medios afines a esta camorra periodística conformada por La República, El Comercio, RPP, canales 2,4,5,9 y N. Volvemos a ver campañas periodísticas basadas en dichos.

Luego aparecerán las famosas encuestadoras probablemente sesgadas, contratadas por aquel cartel mediático para disparar cifras cada día más negativas contra Boluarte sobre su pérdida de popularidad. Rumores que, cada vez más pronto, se convertirán en demandas de "cambio presidencial", vía la renuncia forzada al cargo de una Boluarte doblegada por las imputaciones, los decibeles de las noticias y por "la pérdida de sustento popular que reflejan las encuestas". La misma historia, la misma metodología y el mismo objetivo.

Salvo que la presidente Boluarte tenga una carta bajo la manga para denunciar -y sustentar racionalmente- la existencia de una asonada golpista, ella en este momento está ad portas de volver a enfrentarse a aquellas violentas marchas callejeras que, meses atrás, exigían su renuncia.

¡Pero esta vez las impulsarán los caviares! Porque estos –quedó comprobado cuando decidieron deponer a Manuel Merino para encumbrar a su némesis Francisco Sagasti- son expertos en manipular a los jóvenes, y especializados en organizar asonadas vandálicas dirigidas a producir el muertito que definirá el desenlace al que apuntan. ¡Que ahora consiste en remover a Boluarte de la presidencia, y volver a imponernos a Sagasti en el poder! Otro factor que favorece a los caviares es la lamentable realidad del Parlamento.

No solamente es de ínfima calidad profesional, sino que está envenenado por amigos del golpista/corrupto/canalla Pedro Castillo. Por esto –y por mucho más- cada hora va esfumándose su respaldo popular, siendo más un lastre que un respaldo para la presidencia de Boluarte.

Sin embargo, pese a todo resulta imprescindible que el ciudadano entienda que peor le iría con un recambio presidencial, en medio de este grave trance por el cual atraviesa la patria. Implicaría un salto al vacío, en momentos en que la nación se encuentra fraccionada; las principales entidades del Estado y sus instituciones tutelares -encargadas de resguardar el orden interno y cuidar el frente externo- están infiltradas por gentuza impuesta allí por el régimen pro senderista y corrompido de Castillo; Puno es territorio ajeno a todo control del Estado; la crisis económica va de mal en peor, etc.

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