Moralmente incapacitado para gobernar
El domingo, rodeado de funcionarios públicos controlados por gobernadores, prefectos y subprefectos -que le acompañan aplaudiéndole y vivándole-, todos ellos provenientes de las canteras terroristas del movimiento movadef, el aún presidente Pedro Castillo arengaba: “Les digo que voy a seguir usando el avión presidencial para viajar a todas las provincias con ministros y el entorno de la familia presidencial”. Le faltó agregar: “incluyendo a los hasta hoy tres o cuatro perseguidos por la Justicia.” Lo que nos trae a la memoria aquello que dijo este sujeto, apenas sus amigotes del jurado electoral le informaron que ya había ganado la primera vuelta: “Lo primero que haré como presidente será vender el avión presidencial para no seguir explotando al pueblo; y el dinero que obtenga lo invertiré en educación”. Este presidente contumaz y mentiroso profesional, no encaja, bajo concepto alguno, como una persona moralmente capacitada para gobernar. El farsante lo será de por vida. Y un país que se precie a sí mismo no puede aceptar ser gobernado por un embustero irredento, como Pedro Castillo. No sólo embustero, sino sinvergüenza es este individuo que gobierna el Perú, con el agravante de ser un auto reconocido neófito en materia de gobernanza. Es más, este peligro público número uno tiene escrito entre ceja y ceja lograr que su chusma falsaria meta al Perú en el círculo de países moral, económica, socialmente afines al modelo cubano y venezolano, que impulsa el comunismo.
Ayer EXPRESO daba cuenta minuciosamente de la estrategia totalitaria que ha montado el régimen Castillo, como eje para manejar políticamente el país. Se trata de copar de manera atropellada las prefecturas y subprefecturas del país, encomendándolas a simpatizantes del terrorismo para que ejecuten funciones distintas a las estipuladas por las normas que guían al Ministerio del Interior. Una vez instalado en el cargo, el lumpen fungirá de ojos y oídos del presidente. En teoría servirán de operadores políticos del régimen; en la práctica, lo serán del gobernante. No del Ministerio del Interior al cual supuestamente dependen. Actualmente hay 260 nuevos prefectos/subprefectos distribuidos en Ayacucho. Apurímac, Junín, Áncash y Arequipa, provenientes de las bases de Perú Libre. ¡Aunque, existen muchos otros más! ¡Son “niños” que, en vez de congresistas, aparentan ser prefectos/subprefectos! Proceden de Alianza para el Progreso, Somos Perú, Frente Amplio, Acción Popular y 437 distintos frentes regionales más. Todo un ejército de operadores políticos sembrados por este gobierno -seguramente bajo el comando del embajador de Cuba en Perú- dedicados a ejercer presión/fuerza contra quienes disienten de los caprichos palaciegos. El costo mensual de esta fuerza de choque que paga usted, amable lector, supera doscientos millones de soles.
En vez de aplicar los ralos fondos públicos para mejorarle los servicios a tanta gente necesitada, Castillo despilfarra el presupuesto en viajar a diario (él y su familia), y en solventar a un ejército de soplones y sicarios nombrados bajo el título de prefectos/subprefectos, para que actúen como agentes de espionaje o como gendarmes de asalto de Castillo, un jerarca investigado por posiblemente presidir una organización criminal.
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