¿Mudos e indiferentes frente a la manipulación de la justicia?
La ley, la justicia y la verdad son las columnas en las que se sustentan la libertad y el respeto a nuestros derechos. Debemos persistir para que la justicia prevalezca siempre. No podemos permitir que grupos interesados en “normalizar” el abuso y la corrupción se coludan para manipular nuestro sistema de justicia.
En la lucha por el poder somos mudos testigos de la encarnizada disputa que libran los caviares por retomar el control del Ministerio Público y el Poder Judicial para imponer a sus allegados y mantener en el JNE y el ONPE a quienes ya han demostrado que no son capaces de asegurar procesos electorales imparciales y transparentes.
En esta perversa travesía vimos cómo utilizaron algunas instancias del Poder Judicial para defender irreverentemente la permanencia de dos de los miembros de la Junta Nacional de Justicia, desafiando las atribuciones del Congreso para inhabilitarlos y contradiciendo al Tribunal Constitucional, que ya se había pronunciado antes, para corregir sus indebidas injerencias.
Los caviares no quieren arriesgarse a perder el inmenso poder de nombrar y destituir fiscales, jueces e imponer a los “jefes” de los organismos electorales.
Quienes manipulan la justicia tienen toda una maquinaria puesta en marcha desde hace muchos años para convertirla hoy en una herramienta que les permite perseguir a sus adversarios, “empapelarlos” con denuncias, investigaciones y sentencias, para llevarlos a prisión o invalidarlos políticamente. Tampoco sería difícil validar la hipótesis de que la justicia, al involucrar a propietarios de medios de comunicación en procesos judiciales, habría generado temor en un sector de la prensa que, sintiéndose amenazada, se autocensuró u optó por no asumir a plenitud su compromiso de informar con la verdad.
Lamentablemente, muchos, por sus pasiones y odios, se mostraron indiferentes ante la injusticia y prefirieron callar. Dejaron hacer y dejaron pasar, cuando pudieron levantar la voz y sumarse a otras voces que buscábamos hacernos escuchar. Su complicidad ha permitido silenciar o minimizar los abusos perpetrados por quienes les correspondía impartir justicia en nuestro país.
Los indiferentes creen que los problemas de los demás no son suyos y que hacer algo no es su asunto. Equivocadamente piensan que, como todavía no los afecta, no les concierne. Si no contribuyen a que hoy se haga justicia, cuando la injusticia los “toque” y vaya por ellos, no habrá quién saque la cara para defenderlos.
Si queremos evitar el caos, tenemos que comenzar por respetar la ley y exigir que la justicia asuma su rol haciéndola cumplir, protegiendo así los derechos de millones de peruanos que, ante la injusticia, no tienen los recursos para defenderse.
El momento que vivimos no deja espacio para la indiferencia. Nadie debería mantenerse al margen de todo lo que ahora nos pasa.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, X, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.
