Muevan las industrias
Mientras las familias peruanas se preparaban para celebrar la llegada del Año Nuevo, el gobierno promulgó el 30 de diciembre de 2023 la Ley N° 31969, que impulsa la competitividad y el empleo en los sectores textil, confecciones, agrario y riego, agroexportador y agroindustrial y fomenta su reactivación económica.
¿El objetivo? Hacer más competitivos a los integrantes de estas cadenas y ayudar a crear más puestos de trabajo. El año pasado, solo el rubro confecciones exportó por US$ 1,143 millones 200 mil y ayudó a generar 267 mil puestos de trabajo a nivel nacional, entre directos, indirectos e inducidos.
No fue su mejor cifra, en el 2008 el monto fue de US$ 1,612 millones 900 mil, equivalentes a 267 mil puestos de trabajo en regiones como Lima, Ica, La Libertad, Lambayeque, Arequipa y Piura, por mencionar algunas.
En el 2023 esta actividad registró una caída de -21.7% en sus despachos al exterior por la coyuntura mundial, los grandes inventarios de las diferentes marcas globales y el aumento de los costos financieros para mantener esos inventarios. No fue un buen año.
Este 2024 los confeccionistas esperan un rebote y experimentar un crecimiento de entre 5% y 10% en sus exportaciones, porcentaje que podría ser mayor, si tuvieran el apoyo del Gobierno, brindando las condiciones ad-hoc para las inversiones. Las empresas solas no podrán dar ese gran salto ni recuperar los espacios perdidos.
¿Qué se requiere? En primer lugar, el reglamento de la Ley N° 31969, mercados dinámicos y un ecosistema amigable en el que el Gobierno juegue un papel determinante que permitirá tener un tejido productivo pujante.
La agenda pendiente incluye temas como la mejora de la competitividad, reducir los sobrecostos laborales, el costo del agua y electricidad, lograr una estabilidad político-social y evitar normas en contra del sector.
También capacitar a las empresas, en especial a las pequeñas, a fin de que estén preparadas ante la aparición de nuevas tendencias de consumo y estilos de vida. En esa línea, a medida que pasan los años, la sostenibilidad juega un rol cada vez más importante, con tópicos como la huella hídrica, huella de carbono, la economía circular y el uso de energías renovables.
Las confecciones peruanas, amable lector, resaltan por su nivel de encadenamiento con otros sectores; con la agricultura a través de la siembra del algodón pima, reconocido a nivel mundial por su calidad; y con la ganadería, mediante la crianza de ganado (producción de lana).
Asimismo, con la industria química (fabricación de tintes), con la industria plástica (botones), la metalmecánica (botones metálicos, cierres, hebillas, adornos y otros avíos), envases y embalajes, transporte, vigilancia, la industria del software para desarrollar aplicaciones que permiten mejorar el diseño de las prendas y otras más.
Hoy, a pesar de lo que estamos viviendo, debemos ver el futuro con optimismo. Las confecciones están llamadas a convertirse en uno de los nuevos motores de la economía, ya que resalta no solo por su impacto en la generación de empleo descentralizado, sino, como lo mencioné líneas arriba, por su nivel de encadenamiento con otros rubros. A las autoridades les pedimos: ayuden a mover esta industria.
Por Julio Pérez Alván
Presidente de la Asociación de Exportadores (ADEX)
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