¡Ni olvido ni perdón!

El domingo denunciamos que “Evo Morales es otro de estos pobres diablos que, por dárselas de abanderado de la izquierda regional, actúa como Mesías; siendo en realidad un satán de la politiquería y un envilecido promotor de la agitación de nuestros pueblos. Lástima que la diplomacia peruana continúe secuestrada por termocéfalos zurdos liderados por comunistoides-bon vivant, como Rodríguez Cuadros, Maúrtua y ‘George’ Forsyth”. Y ayer mismo, quien fuera brillante canciller, Luis Gonzales Posada, se encargó de denunciar, con el conocimiento que le caracteriza, las personalidades de estos sujetos tan afines a utilizar a Torre Tagle para su personal beneficio; pero del más ínfimo nivel diplomático en cuanto a servicios prestados a su patria se refiere. Asimismo, ayer pusimos en claro “la actitud antipatriótica” –a niveles de traición al Perú, como ya es característica en él- “del golpista y corrompido Pedro Castillo, cuya encomienda fue allanarle el camino a otra soterrada revolución castrista, desbrozándolo con ayuda de sendos presidentes sudamericanos marxistas. Como aquel reblandecido Amlo de México, Petro en Colombia, Fernández en Argentina, Díaz Canel de Cuba, Ortega en Nicaragua, Maduro en Venezuela, Arce en Bolivia, Boric en Chile. ¡Estuvimos al borde del precipicio! ¡A punto de transformarnos en otra republiqueta sudaca a órdenes del bolcheviquismo marxista del tercer milenio!”

El perjuicio internacional causado a nuestro país por estos ochos mandatarios latinoamericanos -ideológicamente gemelos en su común opción comunista- es sencillamente incuantificable. ¡Ni olvido ni perdón con ellos! Pero, insistimos, el Perú no puede ni debe –ni quiere- quedarse en el lenguaje ni en el trato común entre países, siguiendo códigos diplomáticos. Suficiente daño externo -aparte de amenazas internas- le han causado estos marxistas presumidos a la imagen de nuestra nación, como para no hacerse acreedores a una verdadera lección de coraje y amor propio de los peruanos. La presidente de la República, Dina Boluarte, debería prescindir de la mafia socialista enquistada en Torre Tagle y, en el más breve plazo, convocar a los ex cancilleres de la República, hoy en el retiro –prescindiendo de Rodríguez Cuadros, Forsyth y Maúrtua- para consultar sus opiniones sobre la o las medidas que debería adoptar nuestro país, ante semejante afrenta cometida por presidentes ideologizados de naciones vecinas transformadas en enemigas nuestras por exclusivos intereses politiqueros. Que esta marea roja de presidentes sudacas aprenda del hoy mandatario de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien supo actuar como le toca a un estadista. ¡Y no comportarse como filibustero al servicio del comunismo trasnacional, tal cual se han portado los sinvergüenzas a quienes, reiteramos, el Perú necesita castigar ejemplarmente, para dejar claro nuestro desprecio en los anales diplomáticos y en la historia nacional! Reiteramos. Ni olvido ni perdón para Andrés Manuel López Obrador, Alberto Fernández, Miguel Díaz Canel, Gustavo Petro, Gabriel Boric, Daniel Ortega, Nicolás Maduro y Luis Arce. Perú tiene una historia muy rica en valores, tradiciones, sacrificios, éxitos, etc., como para permitirse que algunos advenedizos –como estos sujetos que presumen de zares de naciones amigas- sigan pasando desapercibidos, pese a la trastada que nos han hecho.