No nos olvidemos de la anemia
En el 2016 la anemia infantil afectaba al 43.6% de los niños de 6 a 36 meses de edad, siendo más prevalente entre los niños de 6 a 18 meses, sector en el que 6 de cada 10 niños presentaba anemia. La anemia preocupa no solo en el sector salud sino en todos los sectores, ya que sus consecuencias tienen un impacto negativo en el nivel cognitivo y motor de los niños. De acuerdo al Ministerio de Salud la anemia ocurre entre los niños peruanos en la etapa de mayor velocidad de crecimiento y diferenciación de células cerebrales, como son los primeros 24 meses de vida y la gestación.
La Organización Mundial de la Salud clasifica la anemia como un problema de salud pública, según indica: ”5%, no representa un problema de salud pública; 5 a 19.9%, problema de salud pública leve; 20 a 39%, problema de salud pública moderado; 40% a más, problema de salud pública grave”.
Es por eso que el 12 de abril del 2017 se aprobó mediante la Resolución Ministerial 249/2017/MINSA el Documento Técnico Plan Nacional para la reducción y control de la anemia materno infantil y la desnutrición crónica infantil, 2017-2021.
Las metas que se propusieron entre otras cosas en ese plan fue reducir la tasa de anemia en niños de 6 a 36 meses de edad a 28,5% en el 2019, a 23,8% en el 2020 y a 19% en el 2021. Sin embargo, a pesar de los recursos invertidos esto no se ha dado.
En febrero de este año antes de la pandemia se presentaron los resultados donde se ve que Perú logró disminuir solamente en 3,4% la prevalencia de anemia en niños de 6 a 36 meses. Es decir, con toda la inversión que se hizo no se alcanzaron los resultados esperados. Según la información que proporciona INEI – ENDES 2019 la anemia en niños de 6 a 36 meses fue de 40,1%, detalla además el resultado por regiones, y lo que podemos ver es realmente lamentable. En las regiones de mayor pobreza tenemos niveles mucho más altos, como por ejemplo Puno con 69.9 %, Cusco con 57.4%, Huancavelica con 54.2%, Ucayali con 53.7%, Loreto con 53%, Junín con 52.6% y Madre de Dios con 51.4%.
Cabe recordar que estos números son antes de la pandemia, por eso es preocupante saber que nos depara el 2020. Esta claro que los programas ejecutados no han logrado los objetivos establecidos, no podemos continuar en la misma línea si queremos lograr un resultado distinto, es importante una rendición de cuentas y saber en que fallaron porque de eso depende el presente de estos niños y el futuro del Perú.
