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No podemos ser tibios cuando todo quema

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Fecha Publicación: 10/01/2023 - 23:40
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Dina Boluarte debe legitimar su transitorio mandato enfrentando con firmeza las protestas de la izquierda radical, aliada de la subversión y de Evo Morales con sus operadores bolivianos, quienes, respaldados por una turba de delincuentes financiados por las actividades ilegales y la corrupción, buscan desestabilizar su gobierno.

La presidenta debería comenzar por deslindar y tomar distancia de sus ex correligionarios, dejando de lado su postura oscilante y dubitativa con la que pretende equivocadamente quedar bien con todos. Boluarte parece no darse cuenta que haga lo que haga, ellos desde el fallido autogolpe de Castillo buscan sabotearla, generando las condiciones para que se vaya, forzar el cierre del Congreso y convocar a referéndum para una asamblea constituyente.

Dina Boluarte no puede dialogar con quienes escondiendo su rostro promueven la violencia y el vandalismo exigiendo inconstitucionales reivindicaciones políticas. Boluarte sabe que con el terrorismo no se negocia. Boluarte no puede dejarse amilanar. Tiene que restablecer el principio de autoridad, con mano firme, para asegurar el respeto a la propiedad pública y privada. Debe respaldar a la Policía autorizando el uso de equipamiento adecuado que no sólo le permita defenderse sino también reprimir, en igualdad de condiciones, los ataques de quienes quebrantando la ley promueven el caos y el terror. Pero a la vez debe exigir se identifique, investigue y sancione con severidad a los responsables de cometer abuso de autoridad.

El lunes por la noche el premier Otárola lamentaba y confirmaba que catorce civiles fallecieron y setenta y cinco policías resultaron heridos cuando una turba de nueve mil personas fue repelida por la Policía al tratar de tomar el aeropuerto de Juliaca. Esa misma noche se anunciaban saqueos, pero ninguna medida, ni toque de queda.

La presidenta tiene la gran responsabilidad de gobernar para todos los peruanos. Ante la coyuntura política ha propuesto recortar su mandato y ha reconocido públicamente que no es momento para un referéndum. Sabe que nuestra economía no resistirá dieciocho meses más de incertidumbre.

Dina Boluarte no sólo debe restablecer el orden interno, tiene el gran reto de conducir nuestro país de forma responsable, fijando metas alcanzables, priorizando la inversión pública para generar empleo, mejorar servicios básicos en salud y agua e impulsar los programas sociales.

La presidenta Boluarte ha tenido gestos y actos que la diferencian de su antecesor. A pesar de haber sido parte del desgobierno de Castillo tiene aún el poder y el respaldo necesario para sacar adelante su gobierno. Su mandato es constitucional. Cuenta con los votos de la mayoría responsable en el Congreso. Ha mostrado que es capaz de convocar a buenos profesionales. Ahora tiene que demostrar que no le tiembla la mano frente a quienes violentando la Constitución quieren tomar el poder por asalto.