Odebrecht sigue mandando acá
¡Que desde los años ochenta Odebrecht puso y sacó a presidentes, no es una leyenda! Lo declaró Daniel Figallo, exministro de Justicia de Ollanta Humala. ¡Y es la absoluta verdad! Como es absoluta verdad que Odebrecht –y socios suyos como José Graña y/o esa mal llamada gran prensa– continúan poniendo y sacando a presidentes, jueces, fiscales, ministros y a todos los funcionarios públicos que se interpongan en su camino, para continuar haciendo lo que les venga en gana en el Perú.
Como hizo cuando decidió no pagar aquellos S/ 610 millones por reparación civil que debió abonar al Perú por reparación civil. Para evitarlo impuso que el miserable Vizcarra NO observe una ley promovida por el fujimorismo, contraria al Código Procesal Penal, estableciendo criterios ajenos a la normativa penal vigente. Aparte de exonerarle de incorporar el cargo como organización criminal al importe final de aquella reparación.
Asimismo, limitó su aplicación a cuatro de los alrededor de treinta proyectos que manejó Odebrecht en el Perú, exonerándole del cobro por reparación, entre otros al multimillonario proyecto (US$ 7,500 millones) Gasoducto del Sur, además de obligar al Estado a pagar el gasto por mantener las tuberías que Odebrecht adquirió para dicha obra.
Como cereza sobre la crema, para hacer más caja –además de atender por cuotas la reparación civil– Odebrecht consiguió que le autoricen vender la Hidroeléctrica Chaglla al precio de US$ 1,200 millones. En todos estos casos, Odebrecht incumplió el pago del monto de las reparaciones dispuestas por las condenas que le impuso el poder Judicial. ¡Pero cuando más se sintió el peso que sigue teniendo Odebrecht en la Fiscalía de la Nación (vía los fiscaletes Vela Barba y Pérez Gómez), fue al lograr que se le permita seguir contratando con el Estado! ¡Una auténtica inmundicia que ni podemos ni debemos permitir! Si la presidente Boluarte intenta dar muestras de autoridad, en el día debería proscribir que Odebrecht permanezca contratando con el Estado.
Ya basta de corrupción. Caso contrario, el Perú jamás saldrá de la órbita inmunda en la que Odebrecht lo introdujo durante los años ochenta. Suficiente mugre y crimen ha soportado el Perú con los US$ 25,000 millones que ha robado la constructora y contratista Odebrecht al Estado, mediante sobrecostos permitidos por jefes de proyectos, directores de ministerios, ministros, primeros ministros, legisladores, y nada menos que seis presidentes de la República, quienes han medrado secretamente del Estado, beneficiándose, uno tras otro, con multimillonarias comisiones que han recibido de Odebrecht.
Por si no lo ha reparado usted, presidente Dina Boluarte, esta desvergüenza ha indignado en extremo a la sociedad. Y si el pueblo sigue comprobando que la primera mandataria mujer, que alega ser de izquierda pero, a su vez, afirma que ama al Perú; y juramentó tanto ella como sus ministros no perpetrar actos de corrupción durante su mandato, entonces no puede ni debe continuar dándose el lujo de seguir permitiendo que el Estado peruano contrate con Odebrecht. Si no es así, pasará a los anales históricos como otra jefe de Estado tramposa. ¡Preste atención, presidente Boluarte!
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