Para la paz, preparémonos para la guerra…

Un nuevo llamado a la guerra interna, aparecido en el portal Avispa Media, se origina en un texto publicado por la Agencia Paco Urando, de origen argentino. Bajo “Paco Urando”, figura en la web: “Es uno de los periodistas que hacen honor a lo mejor de nuestras tradiciones, cuando ya no basta escribir (…) tomé las armas buscando la palabra justa (…)”.

Los peruanos necesitan interiorizar lo que realmente viene ocurriendo en parte de su país. Puno es, hoy, zona liberada; fuera de control del Estado. Lo mismo, o muy parecido, ocurre en Ayacucho, Abancay, Cusco; y varias regiones más. Por eso decidimos transcribir estas líneas incendiarias, para que usted, amable lector, juzgue el momento que atravesamos. Podrá ser o no cierto; ser o no ser exagerado; tener o no, efecto. ¡Pero viene sucediendo delante de ustedes; ante sus ojos vendados! Preparémonos para la guerra, si queremos la paz.

Leamos pues un extracto: “Los pueblos indígenas y campesinos sostienen la oposición a la dictadura cívico-militar de Dina Boluarte (…) 83% de peruanas y peruanos está a favor del adelanto de elecciones, lo que en la conservadora capital llega al 70%. Ni las encuestadoras, al servicio de la oligarquía, pueden maquillar el rechazo al régimen. ¿Por qué nos tratan así, por qué tanto odio?

Solo estamos reclamando nuestros derechos, que respeten nuestro voto (…) Los aymaras nunca abandonamos una pelea, no nos importa morir porque es por nuestros hijos, que nos siguen (…) tras la destitución de Pedro Castillo por parte del Congreso al intentar cerrar esta institución, la Policía y el Ejército del Perú asesinaron a 49 personas (…) Al menos a treinta de las víctimas les dispararon proyectiles de armas de guerra. Los organismos internacionales acusan violaciones a los derechos humanos con sesgo racial.

En respuesta al régimen armado-empresarial , operado desde un Parlamento que ejecutó el golpe contra Castillo mediante la guerra jurídica (lawfare), el pueblo movilizado se organiza (…) Las comitivas de las provincias permanecen en Lima gracias a su organización comunitaria y la solidaridad (…) Esto se acabó; esta forma de gobierno no la permitiremos más; se les acabó su plazo.

Soy un hombre de comunidad, soy de Huancayo, somos el pueblo. No es que no sepamos lo que quiere el pueblo. Se acabó su plazo, su tiempo de enfrentarnos, de hacernos matar entre nosotros. Nuestra unión es sagrada, porque venimos de la Pachamama (…) En Puno, el paro es total desde enero y sigue bloqueada la frontera con Bolivia, en medio de la militarización (…) En esta etapa del proceso popular, las poblaciones organizadas rechazan todo vínculo con agrupaciones dentro de las formas de la política institucional.

En las asambleas populares, la voz común suena a esperanza ante al terror. La dictadura está debilitada, no tiene salida si continúa la presión en las calles. Se desconoce el sentido común de la clase política y sus medios de desinformación. Lo común, por el contrario, recobra su sentido: saben de dónde proviene el poder y hacia dónde quieren dirigirlo”.

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