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Peligroso enfrentamiento de poderes

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Fecha Publicación: 26/06/2023 - 23:00
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Evocando las siguientes palabras de la ex Fiscal de la Nación, y actualmente congresista de la República, doña Gladys Echaíz: “A la luz de los hechos y la forma en que viene actuando el presidente del JNE, podríamos señalar que su actuación es política (…) pretende que sea considerado dentro de los altos dignatarios del país (…)”, invocamos ayer a los vocales de la Corte Suprema para que retiren a su representante ante el Jurado Nacional de Elecciones, el comunista de viejo cuño Jorge Luis Salas Arenas, integrante de la máxima corte de Justicia.

Porque a diferencia de lo que ocurre con presidentes, congresistas, ministros, Defensores del Pueblo, etc., Salas Arenas considera que él debería permanecer sin control, sin fiscalización. ¡Y acá, amable lector, no debemos consentir vacas sagradas! Un presidente del Jurado electoral, exonerado del control parlamentario, equivaldría a una pieza exógena dentro del mecanismo estatal encargado nada menos que de velar por la decisión ciudadana de elegir a las autoridades. Algo que, sin la menor duda, no garantiza la indispensable transparencia en tan estratégico cargo público.

Ahora volvemos a ocuparnos de los señores vocales supremos, esta vez para pedirles memoria, prudencia y conciencia, en un asunto espinoso como es la convocatoria a Sala Plena que acaban de emplazar, para tratar la inhabilitación debidamente sancionada por el Legislativo contra Zoraida Ávalos, ex Fiscal de la Nación y próxima ex fiscal suprema. Al respecto recordábamos a los señores magistrados que ese acto deberá respetar el fundamento de la constitucional independencia de poderes.

Esta proscribe que un poder del Estado se meta en materias de exclusivísima autonomía de las funciones constitucionales de otro poder del Estado. Incluso existen incidentes cruzados entre la Corte Suprema y el Ministerio Público que pudiesen distorsionar las intenciones de la citada Sala Plena.

Como telón de fondo, de triste recordación, figura el affaire “los cuellos blancos”. Recordemos sino la llamada telefónica del vocal supremo César San Martín pidiéndole a Walter Ríos, el entonces omnímodo presidente de la corte Superior del Callao, apodado “hermanito”, un “servicio de ayuda a mi hermana” bajo esta ya famosa súplica: “Por favor pues, hermano, presiona eso para que (…) son cojudeces, que salga está bien”. ¡Y la pronta, elocuente respuesta del “hermanito”: “Ya doctor”! La Fiscalía de la Nación investigó este asunto como delito de tráfico de influencia y, aparte, patrocinio ilegal. ¡Sospechosamente, el expediente fue archivado por la Fiscal Zoraida Ávalos! ¡Sin expresión de causa!

Por tanto, de seguir adelante la inconstitucional intromisión a la independencia de poderes, cuando menos el vocal supremo San Martín quedará conminado a inhibirse, por mantener conflicto de intereses con Zoraida Ávalos, la manzana de la discordia en este intolerable entrometimiento.

Repetimos lo de indebido, porque, a criterio del constitucionalista Enrique Ghersi, “un conjunto de jueces supremos pretende evaluar la decisión de otro poder del Estado, y eso no corresponde. Es una abierta violación de la competencia exclusiva que tiene el poder Legislativo para ejecutar el control político de los altos funcionarios del Estado, establecida por la Constitución”.

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