Pensiones: fuerza inversora

El ahorro como fuente de seguridad y progreso es un concepto de indiscutible vigencia. Y cuando adquiere esta relevancia la sociedad prospera. Las noticias acerca de la actual posición económica de las AFP, son alentadoras.

Primero, porque en el Congreso, finalmente, se tiene el concepto de que aprobar leyes que facultan retiros de los fondos acumulados en el sistema, es dañino para los asociados e imagen del país.

Segundo, a diferencia de las sucesivas caídas en años anteriores, los ahorros pensionarios se incrementaron en 15 mil millones en 2023, con lo cual en la actualidad los ahorros totalizan 121 mil millones de soles.
Así, los hechos demuestran que el sistema privado de jubilación se comporta mucho mejor que el estatal.

En especial, porque los fondos son intangibles y no se pueden gastar; excepto aportarlos, transitoriamente, cuando se trata de obtener utilidades que beneficien a los afiliados, mediante bonos del gobierno, fondos de inversión, acciones, fondos alternativos locales y del exterior. Lo contrario ocurre con el sistema público, factible de ser utilizado para cubrir servicios de seguridad social o jubilaciones mínimas, las mismas que, a la postre, generan forados fiscales y cargas en la cuenta de gastos corrientes del presupuesto anual de la República.

Las consecuencias de este proceder son negativas, sobre todo porque resta recursos económicos para ser invertidos en infraestructuras necesarias para el desarrollo.

Nuestro país tiene un déficit de inversión de más de US$159 mil millones. Esta cifra ha sido calculada por la Universidad del Pacífico para el período 2016-2025. Hoy esa cifra se ha incrementado.

En el Perú la PEA (Población Económicamente Activa) asciende a 16.5 millones de personas. Afiliadas a las AFP se encuentran algo más de 9 millones.

Estas cifras demuestran que la mayoría de trabajadores prefieren el sistema privado de jubilación, por lo que el sistema no puede estar sometido a leyes populistas como son los retiros de los aportes acumulados. Los congresistas que presentan esos proyectos de ley dañan el sistema y, especialmente, a los afiliados.

Las personas que retiraron todo su dinero, falsamente ilusionados por esas perniciosas leyes, confrontan un porvenir jubilatorio negativo. El tiempo les notificará su error al secundar a aquellos congresistas que propusieron y aprobaron sucesivos retiros.

Actualmente, Europa afronta el problema del envejecimiento de su población.

Latinoamérica va por ese camino. Implica ello que los gobiernos destinarán más presupuestos para salud y jubilaciones, menguando inversiones en obras y megaobras claves, que permitan enfrentar el creciente déficit de infraestructura.

Pensando en grande, el propósito es mayor. La clave ahorro-inversión-pensión impulsaría el ingreso real de Perú a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), cuya misión es apoyar a sus integrantes en remontar los crecientes desafíos económicos, sociales y de gobernabilidad globalizada.

Con una nueva y bien meditada ley que otorgue sólidas garantías, se podría invertir parte de los miles de millones de los fondos de retiro. De esa manera, cerraríamos buena porción de la brecha existente en infraestructura.

Por Javier Díaz Orihuela, exsenador de la República.

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