¡Por golpista, décadas al calabozo!

Si los peruanos no entienden –ni aprenden– que quebrantar el orden constitucional es un delito de extrema gravedad –¡porque destruye el compromiso social entre ciudadanos!–, el Perú jamás saldrá a flote. Hablamos del único precepto que permite a una sociedad existir pacífica y coherentemente bajo la norma universal conocida como Carta Magna.

Violar la Carta significa que los peruanos vivamos a salto de mata, perseguidos por el trauma que genera romper el Estado de derecho, fundamento del contrato democrático.

Esto crea la sensación de angustia que estimula el vacío de autoridad y la desaparición del orden constitucional, motivada porque un solo ciudadano se considera superior a los demás, por arrogarse la facultad de convertirse en primera autoridad de una nación sin haber recibido los votos democráticos el conjunto de TODA la sociedad.

Si los politólogos locales fuesen lo suficientemente aptos como sus pares de las principales democracias del planeta, hace tiempo hubiesen remarcado –en sus trabajos– esta realidad tan severa como evidente. Pero acá lesa gente prefiere jugar al clásico buenista latinoamericano, dejando hacer y dejando pasar las cosas para evitar el trance de ser ninguneados por mayorías generalmente bobas, que aplauden al golpista porque política, lógica, social e ideológicamente se identifican con su personalidad y/o con su mensaje.

Contemplamos atónitos –aunque indignados– los comentarios que escuchamos alrededor de la sólida denuncia de la Fiscalía de la Nación contra el golpista, ágrafo, corrupto Pedro Castillo quien, desde el minuto uno, “negó” haber dado un golpe de Estado que la mitad del país vio y escuchó que SÍ lo produjo.

Esa prueba quedó registrada para la historia, a través de lo que transmitieron las redes sociales; así como en directo la radio y televisión. Tamaña barbaridad –negar lo evidente– como hace Castillo arropado por la izquierda, hoy más corrupta, desinformadora y mentirosa que nunca, sonaría a broma en cualquier parte del mundo. ¡Menos acá!

Los medios periodísticos dominados por la izquierda caviar prefieren destacar las falacias de Castillo, de sus abogados y los escasos amiguetes que eventualmente le acompañan, contradiciendo escandalosamente los hechos verdaderos.

¡Pedro Castillo Terrones quebró flagrantemente el orden constitucional el 7 de diciembre de 2022! Esta es la verdad, amable lector. Y lo hizo para imponer su siniestro plan dirigido a instalar en nuestro país un régimen comunista semejante al venezolano.

Hoy la Fiscalía le imputa un hecho concreto, incuestionable –de pleno dominio público– como haber dado un golpe de Estado. Y plantea 34 años de carcelería para él y veinticinco años para sus cómplices (Aníbal Torres Vásquez, Betssy Chávez, Roberto Sánchez, etc.). A propósito, al extremista Aníbal Torres habría que decirte que quien con niños se acuesta, empapado amanece. Porque bien ganado se lo tiene sobrevivir el resto de sus días en algún calabozo.

Basta escuchar las alegorías al terrorismo pronunciadas durante sus infames consejos de ministros descentralizados; y toda esa verborrea exaltadora a la violencia sanguinaria a la que apelase durante su vergonzante participación como figura del peor gobierno que ha tenido el Perú.

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