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¿Por qué cada vez menos nos creen en el frente internacional?

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Fecha Publicación: 01/03/2023 - 22:10
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Mientras Estados Unidos, aprovechando su condición de superpotencia, expresa su deseo de que hayan prontas elecciones en el Perú, afirmando sin vacilaciones de que esperan que el gobierno de Dina Boluarte se ponga de acuerdo con el Congreso de la República en esa tarea, como soltando que esa es la receta política idónea que debe seguir la agenda del país, la Organización de las Naciones Unidas, el mayor foro político del planeta surgido al final de la guerra de 1939, pide explicaciones, a través de la Oficina del Alto Comisionado para los DD.HH. -cada vez más ideologizada y caviarizada-, casi como si fuera un tribunal internacional, sobre las denuncias de violación de derechos humanos, y hasta conminando al Gobierno a que deba brindar información detallada sobre las investigaciones en un plazo máximo de 60 días.

Sobre estos gestos de dos actores potentes de las relaciones internacionales, que pasan por alto el principio de No intervención del derecho internacional, de enorme desarrollo panamericano gracias a la Doctrina Estrada, irónicamente legada por México, y que impactan severamente en la soberanía nacional, una vez más la cancillería peruana brilla por su absoluta falta de reflejos.

No he visto un solo pronunciamiento. Incluso hallándose la ministra Gervasi recientemente en Europa participando en inmejorable oportunidad, en las reuniones sobre derechos humanos y desarme, no hemos percibido el eco esperado de nuestra firme posición como Estado ante la ONU para revertir la injusta apreciación internacional sobre el frente interno peruano.

Con una diplomacia debilitada y sin carácter, está claro que cada vez son más los actores en el mundo que siguen creyendo que en el Perú se produjo un golpe de Estado contra el expresidente Pedro Castillo y que existe una dictadura cívico-militar y eso es muy peligroso.

Para no ser ganados por los anarquistas que buscan que el Perú se vuelva una republiqueta, ejecuten una tarea de difusión estratégica a fondo a través de nuestras embajadas, representaciones permanentes y consulados.

Por Miguel Ángel Rodríguez Mackay