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Porfirio Mamani: La sombra y el camino en la Ciudad Luz

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Fecha Publicación: 29/11/2019 - 20:50
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Pareciera que la buena literatura viaja por todo el mundo haciendo escala en tierras peruanas y luego en París. La Ciudad Luz inspiró a Vallejo, Ventura García Calderón, Vargas Llosa, Ramón Ribeyro, Bryce Echenique y a muchos otros peruanos que enriquecieron sus obras. En este siempre soñado pero difícil escenario, el escritor Porfirio Mamani, se abre paso a costa de mucho sacrificio. Después de estudiar en las universidades Católica de Santa María y San Agustín de Arequipa, estudió un doctorado en letras en La Sorbona. Su obra literaria es difundida y estudiada en Europa y América, siendo preocupante y notoria su ausencia por estos lares. Ahora nos entrega La sombra y el camino, un exquisito poemario publicado en París en edición bilingüe.

Ya en el 2003, el poeta chileno Juan Cameron escribió “Porfirio dará a su nombre la oportunidad de establecerse en una poesía de nivel superior, demostradas ya sus cualidades y ese talento, que indudablemente posee”. La sombra y el camino son los temas centrales: esa sombra oscura, sedienta, de colores y viviente, conjuga con armonía la belleza y la agudeza de los versos. “Flor que no consumirá el tiempo/el dolor, la herida, la noche, la indiferencia/ hipocresía que creciendo va en las calles/las rocas, las ciudades y los sueños”. Los 77 poemas hacen un recorrido testimonial como quien construye una obra mayor, donde cada poema es una señal de vida. Imagino la niñez de Porfirio Mamani sentado en algún lugar de las campiñas arequipeñas o en el mirador de Yanahuara, contemplando al imponente Misti. Debieron de haber sido días en las que sus sueños e inocencia trascendían el azul del cielo arequipeño.

Ahora, debe estar caminando por las alamedas que circundan el río Sena o la Avenida de Los Campos Elíseos, contemplando la majestuosidad de la torre Eiffel, porque “París no tiene principio ni fin; es para no acabar “como lo describiera César Vallejo. “Búsquenme en la noche, en las aguas de la noche/ allí donde pernoctan las sombras sin destino/Soy una de aquellas sombras que azota el viento/aquella que entre las rocas se pierde”. Estos versos son portadores de un mensaje mayor. Son señales que el estudio y el esfuerzo trascienden a todas las fronteras.