¡Preservemos nuestra solidez económica!

En el Perú, la devaluación fue un karma durante sendas décadas. Desde 1991, con Alberto Fujimori de presidente y Juan Carlos Hurtado Miller como ministro de Economía y Finanzas, la situación cambió de Sur a Norte. Ingresamos a un periodo de estabilización monetaria, desconocido para muchas generaciones. Desde entonces, el país ha navegado por serias crisis políticas: la vacancia de Fujimori; la corrupción desatada por Odebrecht y otras constructras brasileñas y peruanas, propiciada por Toledo y seguida por Humala, Kuczynski y Vizcarra; la vacancia de esos dos últimos ex presidentes.

Como cereza sobre la crema, la incursión del lego, golpista, corrompido Castillo, instalado en la presidencia durante año y meses; más reciente la vacancia de Castillo y la coronación de la novata Dina Boluarte -como lo fue Castillo- en la presidencia; aunque hasta hoy ajena a las podredumbres de su antecesor y ex socio en el peor gobierno de la historia peruana. Sumémosle el desastroso gobierno de otro golpista, llamado Martín Vizcarra, que gestionó con los pies la pandemia COVID-19, colocando al Perú en el primer lugar del ranking mundial como el país que peor gestionó esa letal pandemia. Incluso paralizó la economía durante meses quebrando a miles de empresas, mientras él se beneficiaba con las compras de pruebas rápidas, oxígeno, camas UCI.

¡Finalmente, las “vacunas chinas”! Ahora el mundo está convulsionado por la pugna EEUU-China y Nato versus Rusia por la guerra con Ucrania. Esto ha desatado un desabastecimiento alimenticio (principalmente de granos). Ello afecta la estabilidad de las monedas en varios países. Ejemplo los latinoamericanos. No obstante, según las agencias financieras fiables sucede que las únicas monedas latinoamericanas que se han revaluado son, en este orden: el Real de Brasil (poderoso exportador agrícola, minero, industrial), el Peso colombiano (potente exportador petrolero y agrícola) y el Sol peruano (esencialmente fuerte exportador pesquero y agroindustrial).

Esto a pesar de tantos dramas políticos, sociales, naturales, etc., que continuamos soportando, con más énfasis, en las úlimas dos décadas. Aún así, detrás nuestro con una economía súper robusta y agresiva, está Chile. Sintetizando, según la agencia Bloomberg, “abril fue un mes de depreciación importante para las monedas de Latinoamérica. Entre el 29 de marzo y el 29 de abril, el Peso chileno lideró las pérdidas de las monedas con 8.35 %; el Peso colombiano lo siguió con 5.17 %, luego el Real brasileño con 4.31 %; el Peso argentino con 3,90 %; mientras el Sol peruano cayó 2.90 %.”

¿A qué se debe la solidez de nuestra moneda, pese a la catarata de crisis de todo tipo que seguimos soportando, desde que la izquierda -con Humala- tomó el poder en 2011? Respuesta: ¡A nuestra Constitución de 1993! Ella establece la absoluta autonomía del Banco Central de Reserva para la preservación de la estabilidad monetaria vía la regulación de la moneda, del crédito y de nuestras reservas internacionales. Además, PROHÍBE terminantemente que los poderes del Estado intervengan en el manejo del BCR, y que éste financie al gobierno. ¡La izquierda sólo demanda cambiar la Constitución para convertirnos en Cuba!

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