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Primero, lo primero

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Fecha Publicación: 23/08/2023 - 23:00
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Todo cheque en blanco garantiza problemas. Pero el gobierno de Boluarte pretende pedirle no uno, sino más de treinta cheques en blanco al Congreso, para promulgar otros tantos decretos leyes en asuntos referidos a mejorar la seguridad ciudadana. Sería bueno que la dueña del circo, es decir la ciudadanía, al menos se entere de antemano del contenido de aquellos proyectos, para pronunciarse a través de los medios, evidentemente dentro de un plazo más corto que el que le tomaría al poder Legislativo recibir, dictaminar, debatir, aprobar y promulgar los citados proyectos.

La rutina es harto conocida. Por lo general la aplican los nuevos gobernantes que, previamente, presentaron algún plan de acción a sus electores para, de inmediato, ponerlo en práctica. Pero no es el caso actual. Porque, transcurrido año y medio de gestión, a la presidente Boluarte no se le conoce plan de gobierno alguno. Es más. La inseguridad que agobia al país –particularmente a la capital y a muchas grandes ciudades del interior– es un fenómeno que viene multiplicándose desde que Ollanta Humala asumió el poder en 2011. ¡Y evidentemente, con el tiempo se ha agravado! Fundamentalmente, después de la invasión de ciudadanos venezolanos desatada por el irresponsable presidente Pedro Pablo Kuczynski, quien les abriera las puertas permitiendo que, incondicionalmente, ingresaran perro, pericote y gato (o criminal).

Hasta donde se sabe, la estrategia oficialista demandaría cambiar las tareas de la Policía, la Fiscalía y el poder Judicial, sin dejar de lado a las Fuerzas Armadas que, de alguna forma y por cierto tiempo, podría requerirse de su participación. ¡Pero esa fórmula quedará invalidada si continuamos adscritos a la CIDH! Al final del día, toda medida que la Comisión y/o la Corte Interamericana de Derechos Humanos estiman que viola los derechos humanos del delincuente, será inmediatamente denunciada, y el Perú obligado a volver a humillarse ante aquella siniestra organización. Basta recordar el papel de cómplice que adquirió la CIDH cuando, en plena batalla contra Sendero Luminoso y el MRTA, el Gobierno peruano de entonces produjo normas que, al final, permitieron al Estado derrotar a Sendero luminoso y al MRTA. No obstante, al final del día el triunfo de nuestras Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, sobre las huestes genocidas –lideradas por Guzman Reynoso y Serpa Cartolini–, desembocó en un estrepitoso fracaso. ¡Porque la CIDH premió con el indulto y una multimillonaria indemnización, promedio de US$100,000 a cada uno de los terroristas condenados!

Así que, presidente Dina Boluarte, o usted decide dejar en suspenso la permanencia del Perú en la CIDH y atiende las necesidades de protección humana que le exigen los 33 millones de peruanos para vivir como toda sociedad civilizada; o conozca de antemano que cualquier plan que usted pretenda ejecutar, manteniendo sujetas las leyes peruanas al capricho de los jueces izquierdistas que dominan la CIDH, será un absoluto fracaso. Incluso, al final, podría usted acabar imputada y posiblemente condenada por esa “justicia” supranacional que flaco favor le hace a nuestro país.

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