Salas Arenas acusete, pusilánime y presumido
En la sociedad peruana existe gente incalificable que se cree superior. Como Jorge Luis Salas Arenas, aún presidente del Jurado Nacional de Elecciones, que no aplicó la ley electoral, negándose a confrontar el Padrón de Reniec con cientos de miles de actas observadas por partidos cuyos candidatos participaron en los comicios de 2021, en desigualdad de condiciones a aquellas del comunista Pedro Castillo. Salas Arenas se considera facultado para denigrar al Perú. Hace poco estuvo en la Corte de San José, Costa Rica donde espetó: “El Perú puede pasar a convertirse en un país autoritario –o acaso totalitario– si el Congreso logra capturar al sistema judicial como el electoral”. ¡Salas Arenas viajó al exterior con plata del Estado para denunciar al Estado! Y si, como dice, Perú estaría próximo a transformarse en “país totalitario” (como Cuba o Venezuela), será porque Pedro Castillo –el candidato comunista, afín al pensamiento que usted abrigó durante años, al extremo de defender terroristas– ganó extrañamente las elecciones de 2021 con un programa de gobierno antisistema que usted, como jefe del JNE, santificó contraviniendo las leyes.
Pero, asimismo, usted mintió descaradamente denunciando estar amenazado de muerte, viajando a Washington, Costa Rica y Dios sabe a qué otros lugares, asimismo pagado por el Estado para, nuevamente, denigrar al Perú denunciando –sin pruebas– que estaba amenazado de muerte; y que la oposición se proponía destituirlo del cargo violando las leyes. Está usted decidido a desprestigiar al Perú, al extremo que consiguió que la Corte Interamericana de Derechos Humanos humille a nuestro país ordenando que le asigne un escuadrón de quince policías, 24 horas diarias, para resguardarlo, sin presentar pruebas ni argumentos. Por culpa suya, nuestro Estado destina medio centenar de policías (tres turnos diarios de quince guardias cada uno, además de días francos, equivalen a 50 policías al servicio de Salas Arenas) para proteger a un antiguo comunista, que desprecia a millones de peruanos a quienes no resguarda el escuadrón policial que tiene usted a su servicio por órdenes de una viciosa justicia transnacional. ¡Repetimos, usted goza de un permanente batallón de 50 policías 24 horas diarias, mientras millones de peruanos viven abandonados a su desgracia; aterrorizados por bandas criminales abocadas al sicariato; en pánico por el cobro de cupos a sus comercios; sus familiares, sus medios de transporte; y a todo lo que imagine, amable lector. ¿Acaso los periodistas no nos encontramos tanto o incluso más expuestos al crimen que el quejumbroso Salas Arenas? ¿Quién se cree usted, para merecerse lo que no tiene el resto de los peruanos? ¡Aprenda a ser valiente y patriota, Salas Arenas, y a dar el ejemplo de lo que debe ser una autoridad; en vez de victimizarse tan humillante y vergonzosamente, acá y en el extranjero! ¡Recuerde usted al emblemático expresidente JNE Don Domingo García Rada, quien prefirió morir asesinado por sendero luminoso –tras un atentado ocurrido el 24 de abril de 1985 mientras viajaba en un vehículo suyo, acompañado únicamente por un chofer– a tener medio centenar de policías prestándole servicio!
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