San Martín, Pérez Gómez y Vela Barba
Mientras el Perú aún no consigue la reparación civil que le adeuda Odebrecht (ahora llamada Novonor), en República Dominicana la constructora corrupta no ha pagado el resarcimiento punitivo (US$184 millones) que le impuso esa nación, aduciendo estar en bancarrota. ¡Ya sabemos lo que nos espera!
Odebrecht nos debe US$760 millones por concepto de indemnización. Ofreció pagarnos solo US$240 millones en veinte años y sin intereses, dentro de aquel pacto de colaboración eficaz suscrito con los fiscaletes Pérez y Vela.
Aunque una cifra más realista de la verdadera reparación que debería pagarle al Perú bordearía US$2,500 millones. Recordemos. Odebrecht ha corrompido a cuatro expresidentes y a cientos de altas autoridades estatales, generando la quiebra moral más terrible que pueda haber imaginado nuestra nación. Recordemos, también, esas millonarias donaciones ilegales transferidas a sendas campañas electorales de los principales candidatos a la Presidencia peruana. Por ejemplo Alejandro Toledo (su expediente de extradición permanece pendiente de ser resuelto por EEUU); y Ollanta y Nadine Humala, para quienes la Fiscalía exige 20 años de penitenciaría; Pedro Pablo Kuczynski y Keiko Fujimori. Además, el miserable Vizcarra, quien recibió millonarias coimas de Odebrecht por su labor en la gobernación de Moquegua. ¡En conclusión, Odebrecht y su socia Graña y Montero han gobernado dos décadas!
El resto de la deuda que nos tiene Odebrecht sigue pendiente de homologarse por algún juez. No obstante, en todo momento ha manifestado que su intención es pagar una parte ridícula de las expectativas de nuestro Estado, basándose en el infausto pacto que firmó con dos fiscaletes: José Domingo Pérez Gómez y Rafael Vela Barba.
Sin embargo, existe un entramado judicial que apunta a favorecer a Odebrecht, aprovechando el poder de persuasión que sembró la constructora corrompida a lo largo de sus años de oro como jerarca en la contratación con el Estado. Un ejemplo es el inminente proceso de casación sobre el Caso Gasoducto del Sur. El vocal supremo Pablo Sánchez pide que el vocal supremo, César San Martín, se inhiba de participar en este asunto –que resolverá la corte Suprema- porque el nombre de San Martín aparece escrito en una de las famosas “agendas de Nadine”. De puño y letra de la propia esposa del ex presidente Ollanta Humala. ¡Ambos involucrados en ese proceso! Y registra una anotación adicional: “se le puede hablar”. Incluso recientemente apareció un audio donde Nadine le dice a Ollanta: “Acabo de hablar con César (San Martín) para reunirnos X día”. Ollanta responde “Esa fecha tenemos otro compromiso”; y mostrando gran familiaridad con el vocal, Nadine le retruca: “entonces le pediré cambiar el día.” Semejantes antecedentes (la anotación en las “agendas” y ahora esta clamorosa cercanía existente entra la ex pareja presidencial y el todavía súper vocal supremo) es impedimento más que suficiente para demandar que San Martín se inhiba de participar en esta casación. ¡De por medio existen centenares, sino miles de millones de dólares de indemnización a favor del Estado! De no inhibirse, San Martín se incorporará al negro historial de las infamias contra el Perú.
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