¡Sí fue golpe de Estado!

Ese holograma congresal conocido como Juan Lizarzaburu Lizarzaburu -que ha permanecido en el extranjero cerca el 50 % de su periodo congresal- resulta ser un sujeto bastante estrambótico.

Según reciente informe del portal Infobae, este fantasmagórico legislador reafirma un hecho obvio, confirmado, innegable, irrefutable: que el pasado 7 de diciembre 2021, hacia el meridiano, el entonces presidente Pedro Castillo dio un golpe de Estado. Atentado que fue visto por la ciudadanía en vivo y en directo, vía diversos canales de televisión. Golpe que -por las características del mensaje con el que fue sustentado- se asemeja en mucho al que diera Alberto Fujimori en su aventura golpista de 5 de abril de 1991.

Hablamos de esa emblemática frase “disolver el Congreso” pronunciada al proclamar aquella quiebra de la democracia que perpetró, siendo líder del partido Cambio 90. A aquella agrupación -ahora llamada Fuerza Popular- por “coincidencia” pertenece el hiper viajero parlamentario don Juan Lizarzaburu Lizarzaburu. Sin embargo, rezumando algo de esquizofrenia, este congresista fujimorista dice cándidamente -en la citada entrevista- que "Fujimori NO dio un golpe de Estado".

En simultáneo, a su colega parlamentario Roberto Sánchez, exministro de Castillo y tercamente leal escudero del golpista/cleptómano/mendaz Pedro Castillo –quien manifiesta que, a diferencia de Fujimori, su maestro, luz y guía Castillo “nunca llegó a concretar aquel quiebre del orden constitucional”- Lizarzaburu Lizarzaburu le respondería vía Twitter: “No seas tonto. Castillo dio un golpe de Estado...) Ten cuidado porque eres cómplice. Latinoamérica no quiere golpistas” (…) Según Infobae, el constitucionalista Carlos Hakansson sostiene que “lo que pasó el 7/12/21 fue un golpe de Estado. Que haya sido uno fallido es otro tema a discutir, pero golpe de Estado fue. Lo que pasa es que no estuvo secundado por las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional”.

La diferencia estriba en que, en el caso de Alberto Fujimori, las FFAA y PNP sí acompañaron al presidente a ejecutar el golpe. Mientras que en el golpe que dio Castillo, los Institutos Armados y la PNP no participaron en absoluto. Ciertamente en ello debe haber influido la profusa legislación antigolpista acopiada tanto por la Justicia de cada nación (particularmente latinoamericana), pero sobre todo por la Justicia transnacional concentrada en la Comisión y Corte Interamericana de Derechos Humanos CIDH.

Aparte de los ejemplos dejados por los uniformados que acompañaron a Fujimori en su aventura golpista, todos ellos procesados y condenados a varias décadas de carcelería. Por ejemplo, el conocido como General Victorioso, General Nicolás de Bari Hermoza Ríos, a sus 86 años de edad –y en estado inconsciente- todavía permanece preso en algún penal de alta seguridad. Por eso, para este escriba no cabe duda de que ambos fueron golpes de Estado.

Porque, evidentemente, ambos desempeñaron un idéntico propósito: concentrar absolutamente todo el poder del Estado en manos de quien preside del poder Ejecutivo; y ambos obedecieron a una misma línea de acción, como fue clausurar los demás poderes del Estado.

Pedro Castillo, Aníbal Torres, Betssy Chávez, Roberto Sánchez, etc., acabarán condenados a largas décadas de prisión.

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