Son los caviares, estúpidos

Parodiando al ideólogo demócrata norteamericano James Carville, después de década y media de descomposición por la influencia que ejercieron los caviares sobre Alejandro Toledo, Ollanta Humala, Pedro Pablo Kuczynski, Martín Vizcarra y Francisco Sagasti (de este último hablaremos oportunamente), sumada durante todo un año y medio a la devastación del aparato estatal desatada por el ágrafo, golpista Pedro Castillo, podemos gritar: “la culpa es de los caviares, estúpidos”.

Han tenido tiempo suficiente para generar la destrucción del Estado peruano. Después de salir de una de las peores crisis que se hayan conocido hasta este momento –incubada por el golpe de Estado de Velasco Alvarado, consolidada por la segunda gestión de Fernando Belaunde Terry, y dinamitada durante el primer gobierno de Alan García– a lo largo del primer quinquenio de gobierno de Alberto Fujimori, el Estado peruano pudo superar tamaño desastre.

Sin embargo, remontar aquel caos costó sangre, sudor, lágrimas, ¡y el ingreso de la política peruana al túnel del odio, la venganza y la destrucción del espectro político del centro –y la derecha nacional– impulsada por la venganza terrorista premiada por la infame comisión de la verdad, dirigida por las elites izquierdas bajo la batuta de su variante caviar. Esta mafia es la principal responsable de germinar la segunda crisis más grande que registra nuestra nación, y la culpable de haber volado en pedazos la paz social.

Asimismo de arruinar la estabilidad económica y las expectativas de desarrollo que tenía por delante nuestra patria, ahora hechas trizas con esta nación al borde de una revuelta sociopolítica como la que estamos viviendo. Esta degradación es consecuencia de la vendetta de los zurdos porque Fujimori consiguió sacar al país del pozo séptico al que lo llevó la izquierda durante los años sesenta, setenta y ochenta del pasado siglo, con la ayuda de la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos, convertidas en enemigas del Perú.

¿Por culpa de quién? Del izquierdismo de terno y corbata. De los dandies como García Sayán, espolones de proa de la cultura caviar limeña, quien sirvió a Alberto Fujimori como ”consultora” de la reforma judicial emprendida por el régimen al que maldecían las oeneges, como la “Comisión Andina de Juristas”, propiedad de García Sayán, que recibió centenares de miles de dólares del régimen Fujimori, y siguió vilipendiando hasta hoy. Gente que vive de mamar del Estado, incapaz de asistir a provincias para mejorar la vida a quienes no pueden vivir en la privilegiada Lima, donde anidan los caviares sólo en distritos privilegiados, como Miraflores, San Isidro o La Molina.

Esta escoria es la gran responsable de la destrucción del Estado peruano y del caos generalizado en que se encuentra el Perú, sin solución a la vista. Salvo que se repita el círculo vicioso y regresen los golpes de Estado; o acabe instalándose un régimen gemelo al de Venezuela repitiendo elecciones tramposas, como la de Pedro Castillo, para imponer a algún dictadorzuelo comunista, del que continuarán medrando los miserables caviares.

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