“Sonido de Libertad”, en las salas de cine
Sonido de Libertad” (2023), dirigida por Alejandro Gómez Monteverde y producida por Eduardo Verástegui, habla de cómo los sueños y la inocencia de millones de niños alrededor del mundo se han visto rotos por una mafia que los secuestra al menor descuido, para prostituirlos, hasta que, cumplida la mayoría de edad, los revenden por partes al mercado de tráfico de órganos. Esta mafia, que dirige el crimen internacional con más rápido crecimiento que el mundo haya visto (ya ha sobrepasado el tráfico de armas y pronto sobrepasará el de drogas, pues solo se puede vender una vez una bolsa de cocaína pero un niño es vendido de diez a veinte veces al día, durante diez años seguidos), maneja 150 billones de dólares cada año y produce 22 millones de imágenes de pornografía infantil anualmente, engaña a niños vulnerables en la calle y en los barrios de los estratos más bajos, prometiéndoles golosinas, diversiones o comida.
“Sonido de Libertad” se inicia en Honduras, donde un padre de familia es engañado por Kathy Juárez, una ex reina de belleza, quien le asegura que llevará a sus dos pequeños hijos –Rocío y Miguel Aguilar, de once y siete años– a una sesión de fotos, asegurándole que tienen un futuro prometedor en el mundo del modelaje y el espectáculo. Cuando el padre regresa por la noche al local donde se iba a realizar el casting organizado por Kathy, el departamento se encuentra totalmente vacío.
Jim Caviezel interpreta sobriamente a Timothy Ballard, quien es un ex agente encubierto de la CIA que existe realmente. Tim ha sido entrenado para actuar como un pedófilo en la darknet (o red oscura, a la que no se accede por los navegadores tradicionales) para dar con los secuestradores de niños. Por medio de su fundación Operation Underground Railroad ha rescatado a siete mil niños hasta la fecha.
En el 2006 el testimonio de Tim en el Congreso de Estados Unidos logró que el gobierno incremente la cooperación internacional en los casos de tráfico de menores. Se estima que actualmente hay 30 millones de esclavos en el mundo y diez millones de ellos son niños.
El filme nos ayuda a reflexionar que no hay nada tan valioso como salvaguardar la tranquilidad de un niño, pues, como dijo Jim Caviezel en una línea que se agregó al guion a su pedido: “Los niños de Dios no están a la venta”.
Por Evelyn García Tirado
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.