Sor Dina: repartiendo estampitas y hablando bajito… estamos perdiendo la lucha

Según la última encuesta nacional de CPI, uno de cada dos peruanos considera que la inseguridad ciudadana es el gran problema de nuestro país.
El Gobierno, tratando de apaciguar la indignación de la ciudadanía que exige mano firme contra la delincuencia –como lo hace Bukele en El Salvador–, ha anunciado el “plan Boluarte”, un listado de acciones, y recursos para hacerle frente.

La gran duda es si Dina Boluarte tendrá el temple, fuerza y respaldo para hacerlo. Hasta hoy la presidenta, en las crisis que enfrentó, asumió equivocadamente el rol de Sor Dina, la madre superiora, que cree solucionar todos los problemas invocando al diálogo y pidiendo a Dios lleve por el camino correcto a miles de “descarriados” que han tomado por asalto el Perú para convertirlo en el paraíso soñado.

Bukele se la ha jugado por su país tomando decisiones difíciles y controvertidas, pero efectivas. Hoy es aplaudido porque tiene respaldo mayoritario, pero nadie le asegura que mañana sea juzgado por los mismos que hoy llevó a prisión, como injustamente ha sucedido con el presidente Fujimori, quien está privado de su libertad por enfrentar con éxito la subversión y delincuencia, aplicando un modelo estratégico que hoy mezquinamente no reconocemos. Para hacer, lo que hizo Fujimori, hay que tener su coraje y liderazgo para empoderar y fortalecer la inteligencia estratégica de nuestra valiente Policía y Fuerzas Armadas.

Lo inseguridad que hoy vivimos es por lo que dejaron de hacer posteriormente los gobernantes durante dos décadas. La delincuencia ha tomado las zonas urbanas del país y podrían tener más recursos que nuestras fuerzas del orden, quienes han sido perversamente debilitadas por Vizcarra y Castillo.
El Gobierno no podrá ganar la lucha contra la delincuencia atado de manos por los organismos internacionales de derechos humanos que sólo aparecen cuando se trata de defender los derechos de los delincuentes, acusando y enjuiciando a quienes ponen el pecho para enfrentarlos.

Deberíamos comenzar poniendo la pierna fuerte anunciando de inmediato la salida de Perú del Pacto de San José y declarando el estado de emergencia en todo el país. Esta decisión, el plan y sus acciones requieren respaldo político y consensos con las principales fuerzas políticas, estableciendo acuerdos que se respeten, incluyendo mejorar leyes y el código penal vigente.

Señora Boluarte, nos gustaría verla liderando esta gran cruzada con el aplomo de la mujer peruana, sin miedo, persiguiendo y pisoteando al cobarde enemigo, motivando a sus “tropas” y “carajeando” con firmeza a quienes no se alineen. Usted es la presidenta de todos los peruanos. Es su responsabilidad restablecer el principio de autoridad. Sabe muy bien que, con la delincuencia y la subversión, no se dialoga, ni se negocia, se les enfrenta, como lo hizo Alberto Fujimori.

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