Tiene razón el alcalde electo
Apellidado Salas, uno de los franeleros más melosos del todavía mandatario Castillo, sostiene que el Alcalde de Lima “está obligado a trabajar de la mano del poder Ejecutivo.” Esa afirmación es tan falsa como su pose grandilocuente, en medio de la orfandad de sus siempre sobonas, acarameladísimas palabras dedicadas a ensalzar al jefecito. Muestre usted la norma que respalde lo que dice, Salas, en vez de malversar el tiempo que le remunera el contribuyente cumpliendo el tristísimo papel de sobón oficial del mandatario. Lo que sucede es que Castillo está obsesionado por construir una presidencia de la República del Perú copia y calco del modelo totalitario latinoamericano, adonde el jefe de Estado actúa como déspota imitando sus codiciados modelos de Venezuela, Cuba y Nicaragua. Es decir, gobernar mediante ucases siguiendo el modelo del comunismo sudaca al que tanto apela el titiritero mayor, Vladimir Cerrón. La realidad no es así, ministro Salas. ¡El Alcalde de Lima NO depende del poder Ejecutivo! Su cometido es autónomo. Y si bien el burgomaestre capitalino suele coordinar con el Ejecutivo, lo hace únicamente en aspectos relacionados a la financiación de las obras que requieren aval estatal, y en los temas afines a los planes municipales de vivienda, de asistencia social, transporte, etc. ¡Esa labor no está obligado a coordinarla con el presidente de la República bajo norma alguna! Para ese propósito están los ministros del ramo correspondiente, con quienes, justamente, el Alcalde trata los casos concernientes a cada despacho.
En consecuencia, consideramos plenamente válida la decisión de Rafael López Aliaga de no reunirse a conversar con Pedro Castillo. Sabemos que este último tiene agenda propia; y está decidido a transformarse en tirano para convertir al Perú en otra republiqueta sudaca, puesta al servicio del comunismo castrista a través del Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla, usando operadores como “gallo” Zamora. Un espía profesional de la inteligencia cubana, que hoy ocupa el estratégico cargo de embajador de Cuba en nuestro país. Sospechosamente un sujeto conocido como Willy Huerta, ¡ministro del Interior!, recientemente se reunió con el “gallo” Zamora para, según tweet del propio ministerio, coordinar estrategias de seguridad. ¿Qué estrategias “coordinaba” este ministro peruano con un espía cubano, reconocido agitador profesional y desestabilizador de regímenes democráticos sudamericanos. quien fungió de sicario para eternizar en el poder a Evo Morales? La respuesta es muy sencilla: ¡hacer eso mismo, pero con Castillo! ¡La reunión del ministro Willy con el “gallo” Zamora tiene que haber sido previamente visada por Castillo! Caso contrario, Willy estuviese hoy fuera del ministerio.
La pretensión de sojuzgar al Alcalde de Lima -segunda autoridad en rango de importancia dentro del escalafón oficial, luego del presidente de la República- a las intenciones del actual inquilino de palacio de gobierno, tiene como exclusiva razón someter al burgomaestre capitalino al mando del presidente Castillo. Por tanto, reiteramos nuestra coincidencia con el señor Alcalde electo Rafael López Aliaga, en lo que respecta a su congruente resolución de no supeditarse a la voluntad totalitaria del hasta hoy presidente Castillo.
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