Trastorno de TICS
Se trata de un conjunto de síndromes en los que la manifestación predominante es una forma de tic, cuyo concepto se define como movimientos involuntarios rápidos, reiterados y arrítmicos, que por lo general afectan a un grupo circunscrito de músculos o una vocalización de aparición brusca, sin propósito aparente, y son fruto de una personalidad ansiosa. Los tics tienden a ser vivenciados como irreprimibles, pero a menudo pueden ser controlados durante un cierto tiempo; se exacerban con el estrés y desaparecen durante el sueño. Los más comunes son tics motores simples, siendo más frecuentes los guiños de ojos, sacudidas de cuello, encogerse de hombros y hacer muecas. Los tics fonatorios más habituales son carraspeos, ruidos guturales, inspiraciones nasales ruidosas y siseos. Los tics más complejos más frecuentes son autoagresiones, saltos y brincos; y los tics fonatorios complejos que más a menudo se presentan son las repeticiones de palabras determinadas, el uso de palabras obscenas o socialmente inaceptables, que constituyen la coprolalia, y la repetición de los propios sonidos o palabras, conocida como palilalia.
Existen también el Trastorno de tics transitorios, Trastorno de tics crónicos motores o fonatorios, Trastorno de tics motores y fonatorios múltiples y combinados, que constituye el síndrome de Gilles de la Tourette, y el Trastorno de tics no especificado.
Estos trastornos tienen su origen fundamentalmente en el estrés, que produce ansiedad, miedo, temor, angustia y depresión, por conflictos irresueltos en la infancia, adolescencia, juventud y madurez, que, si no son tratados a tiempo, se vuelven crónicos, perturbando la relación con los demás. Los afectados son expuestos a la burla, principalmente en la etapa escolar, por los propios compañeros, quienes no perciben qué hay detrás de un movimiento irregular del cuerpo. Es importante tener presente que los tics poseen una base psicógena no resuelta, que busca expresarse mediante movimientos motores, fonatorios o palabras repetitivas.
Conocí y conozco muchos casos con estos trastornos que, con tratamiento psicológico, psiquiátrico, y el apoyo de la familia y la escuela, han logrado superarlos y no se han vuelto a repetir, porque el paciente toma conciencia e internaliza que el problema está dentro de cada uno. Al ordenar sus emociones, pensamientos y percepciones, se produce una modificación de la conducta para el bienestar de la persona misma y su interacción con los demás.
Voy a graficar el caso de un niño que, dentro del hogar, creció sin afecto ni cariño y fue marginado. No tenía con quién expresar sus preocupaciones ni buscar soluciones a sus problemas personales. Al ingresar a la adolescencia, enfermó del sistema nervioso, y la forma de expresarlo era a través de tics que afectaban todo su cuerpo, sin control. El origen estaba en sus miedos e inseguridades, y principalmente en la creencia de que las cosas no le iban a resultar. Para esa época había terminado una relación sentimental en la que se sentía querido y apreciado por la familia, situación muy distinta a lo que sucedía en su hogar. Acudió a consulta psicológica y psiquiátrica, logrando superar sus tics, debido a que comprendió que en su hogar no existía comunicación ni afecto, y se sentía aislado. Ahora es una persona que se integra con su familia, esposa e hijos. Lo importante es buscar a las personas adecuadas al momento de pedir ayuda y obtener las respuestas que se necesitan.
Este siguiente caso trata de un fiscal que maneja casos difíciles y emblemáticos, quien no ha cumplido con acusar correctamente, y, si lo ha hecho, ha tenido muchos desaciertos, solicitando prisión preventiva cuando no correspondía. Presenta un trastorno obsesivo-compulsivo asociado a un trastorno de tics, por lo que debe ser separado del cargo y abordar sus problemas personales para su propio bienestar.
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