¡Triunfó la oposición democrática!
Finalmente, ayer temprano ONPE confirmó la victoria de Rafael López Aliaga como próximo Alcalde de Lima. Éxito muy meritorio, considerando que era el único candidato claramente opositor al gobierno comunista de Castillo, frente a otros seis postulantes que figuraban en liza por ese cargo. El éxito de Porky, como se le conoce al electo burgomaestre, merece ser ponderado seriamente por la oposición democrática a Castillo, considerando que el cargo de Alcalde tiene vigencia de cuatro años. Consecuentemente, López Aliaga no participará en la siguiente pugna por la primera magistratura del país. ¡Aún si, como todo indica, Castillo resultase vacado o inhabilitado para el cargo! En consecuencia, lo que haga o no haga López Aliaga como burgomaestre de la capital peruana repercutirá indudablemente en el impacto que genere la oposición democrática ante la ciudadanía, beneficiándola con su respaldo o perjudicándola con su repudio, según lo determinen las secuelas de las acciones del electo alcalde metropolitano. Y a su vez aquello determinará el apoyo o el rechazo que reciba a futuro aquel candidato presidencial que exhiba la esperamos unida y sólida oposición democrática, en los comicios convocados para suceder al indeseable Castillo. Desde esta columna le manifestamos al señor López Aliaga -próxima cabeza del cabildo capitalino- nuestros mejores deseos. Procuraremos serle de ayuda, tanto con nuestro aplauso como nuestra crítica a su gestión. Sus ideas planteadas a lo largo de la campaña electoral son interesantes; pero asimismo, ambiciosas. De su consecución –además de su pronta y correcta ejecución- dependerá el respaldo o rechazo que reciba de diez millones de habitantes de la Metrópoli. Reiteramos. Del desempeño de Rafael López Aliaga se definirá el patrocinio o el repudio que reciban los candidatos de la oposición democrática en las siguientes elecciones. Esa oposición democrática que, ahora, sin lugar a una dudas ya está siendo liderada por él.
Apostilla. En rigor, las elecciones municipales y regionales han cumplido el rol de referéndum para nuestra democracia. ¡Los resultados hablan! Pedro Castillo ha conseguido que ningún candidato oficialista gane una gobernación ni alguna alcaldía a nivel nacional. Hasta en Cajamarca. ¡Incluyendo a la famosa Chota, de donde proviene esta organización criminal, chavista y prosenderista liderada por Pedro Castillo! Sólo un puñado de alcaldías situadas en villorrios signados por la violencia extrema. En la capital del país, no ha sido electo alcalde alguno procedente del partido oficialista Perú Libre. Evidentemente, el oficialismo no reunió aquellas simpatías y respaldos de los que tanto alarde hacía. Clarísimo éxito para la oposición democrática, y un aplastante fracaso para el régimen totalitario de los castillos, los cerrones, bermejos, bellidos, boluartes, etc. Revisando los resultados de la votación a nivel capitalino, el “partido del lapicito” obtuvo 1.3% de votos de los millones de limeños hábiles para sufragar el domingo 2 de octubre. Por donde mire lo que tiene al frente este gobierno es la consecuencia de su estruendoso fracaso afirmado a través de un plebiscito. ¡Con demoledor resultado para esos termocéfalos, que insisten en apropiarse del Perú cuando apenas han logrado reunir 1% de respaldo popular!
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